¡GANÉ!

Resaca emocional de una noche mágica.

He estado ausente dos domingos, lo sé. Pero no puedo volver con mejor noticia que la que te traigo hoy. Por el título, que es un pedazo de spoiler, ya sabes por donde van los tiros. Pero no es para menos.

Como ya te comenté en un post anterior, tuve la enorme satisfacción de estar nominado a los Premios Letrame 2024 en la categoría de Mejor Novela Negra. La Gala se celebró este sábado 25 de Mayo en los Cines Callao en Madrid y por si no te has enterado por mis redes (cosa que dudaría), me traje a casa el premio a Mejor Novela Negra. Pero no acaba ahí la cosa, ya que también gané el Premio Talento 2024, dotado con 6000 euros y el reconocimiento de ser la mejor novela del año de la Editorial Letrame. ¿Acaso se puede pedir más?

Me han preguntado muchas personas si me lo esperaba, y mi respuesta siempre ha sido la misma. Un no. Pero esa negativa no viene dada por la poca confianza en mi novela, para nada. Conozco la historia, yo la creé para el público y sé lo que me ha hecho sentir darle forma. No esperas ganar, pero tienes la ilusión de ganar. Piensas que podría ser, porque sois diez nominados y todos habéis sido escogidos como los mejores textos en vuestra categoría. Entonces sientes ese cosquilleo de ¿y si…? Pero yo, al menos hablo por mí, no estaba preparado para escuchar mi nombre entre los tres finalistas.

Es imposible explicar (porque lo he intentado y no puedo) todo lo que recorre tu cuerpo y tu mente en esos segundos antes de escuchar el nombre de la persona premiada. Deseas oír el título de tu novela, pero por otro lado sabes que puede ser el nombre de alguna de las otras dos finalistas. Tu cabeza trata de procesar esa dualidad, pero es muy difícil, o al menos a mí me resultó imposible. Si viste el vídeo, creo que estaba claro que no me lo esperaba en absoluto.

Nerea Barros y Cecilia Gessa me entregaron el premio y fueron encantadoras. Mi cuerpo entero temblaba y traté de no llorar. ¿Lo conseguí? Casi, me controlé muchísimo durante el trayecto desde mi asiento hasta el escenario. Pero mi voz era fiel reflejo de todo lo que bullía en mi interior. Había ganado el Premio a Mejor Novela Negra, el séptimo premio de la noche. Era increíble aquella sensación.

Y tras la entrega de las tres últimas categorías, nos tocaba subir a todos los ganadores al escenario para que el director de Letrame, Luis Muñoz, y el alcalde de El Ejido, Francisco Góngora, otorgaran el Premio Talento 2024, es decir, el premio a la mejor novela del año.  Sin tiempo para el respiro, el título de mi novela volvió a sonar en los Cines Callao, seguido de mi nombre y todo volvió a parecer un sueño. Los aplausos, la emoción, fue todo increíble. Como ya te he dicho, me cuesta encontrar palabras para explicar todo lo que sentí esa noche.

Llevaba unos amuletos que compré en Madrid el día anterior, porque iba a llevar a mi pareja y a mi mejor amiga a una tienda de artículos frikis que me encanta. Y me prometí comprar esas tres cositas que formaron parte de mi juventud y que me acompañaron el día de la Gala. Y pues oye, me dieron suerte.

En la fiesta post Gala que se celebró en la azotea del Círculo de Bellas Artes todo fue totalmente impensable. Tantas felicitaciones, tantas muestras de cariño, tantos elogios. Mi mente trataba de procesar todo lo que estaba pasando pero me resultaba imposible. Fue, es y será inolvidable.

Ya he dado infinitas veces las gracias a la editorial por todo lo que me regalaron esa noche, pero no me cansaré de agradecerles la inmensa felicidad con la que me colmaron. El reconocimiento a una novela que fue gestada en un momento personal bastante duro, pero que a su vez me enseñó lo maravilloso de la vida. Aunque suene a incongruencia. Gracias a mi querida Rocío por confiar desde el principio en mi historia y al cariño de todos , Rubén, M.J., Celia, Ana y muchos más.

Y hoy, una semana después de todo lo ocurrido, aún sigo en un estado de shock emocional por todo lo que viví aquella noche. Siento que todas estas emociones van a estar por mi interior bastante tiempo, porque ya sabes que soy de lágrima fácil, y volver a ver esos videos remueven todo lo maravilloso que sentí esa noche. Todos los mensajes de enhorabuena que recibí de la gente que no pudo estar allí

Aunque parezca extraño, a mi vuelta tuve a mi primera hater online, que trató de echar por tierra todo lo vivido. Obviamente no lo consiguió, porque hablarme desde su dolor, su ira, su envidia o su impotencia, solo me transmite mucha tristeza por la persona que lo sufre. Ojalá encuentres el equilibrio que necesitas para sentirte bien y salir adelante.

Pero dejando eso en el olvido (porque bastante tienen algunos con lo que tienen), me reitero en la felicidad constante que siento cada vez que veo el Premio en mi estantería, o cojo uno de mis libros para dedicarlo a algún lector que lo ha adquirido. Tanto orgullo de mí mismo, tanta satisfacción por lo que he conseguido, tardará en calmarse en mí.

Eso sí, doy gracias por no ser egocéntrico, porque esto fue lo más y creo que me costó asimilarlo todo por esa razón. Lo poco acostumbrado que estoy a aceptar elogios. Así que sigo FELIZ con mayúsculas por todo lo que viví, lo que conseguí con «El secreto de Danford», el cierre de mi trilogía y la sensación de que los sueños se cumplen si vas a por ellos.

No dejes de soñar, ni de luchar. Todo llega.

¡Hasta la semana que viene!

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