Pesadilla en Elm Street (1984)
Dirección: Wes Craven
Reparto: Heather Langemkamp, Robert Englund, John Saxon, Ronee Blakley, Amanda Wyss, Nick Corri, Johnny Depp.
SINOPSIS
Nancy y sus amigos han comenzado a tener unos sueños realmente extraños, en los que son perseguidos por un asesino llamado Freddy Krueger, ataviado con un jersey de rayas verdes y rojas, un sombrero raído y un guante con cuchillas en una de sus manos. Cuando esos sueños se mezclan con la realidad y amenazan con acabar con la vida de los jóvenes, comienza una carrera contra reloj para destruir al asesino de los sueños.
OPINIÓN PERSONAL DE «PESADILLA EN ELM STREET»
Hoy nos vamos de nuevo a la década dorada del cine más trash y alocado en temas de terror, porque esta película de la que te voy a hablar hoy cumple la friolera de cuarenta añazos, que se dice pronto. Al igual que clásicos como “Gremlins”, “Terminator”, “Karate Kid”, «La historia interminable» o “Cazafantasmas”, el año 84 fue prolífico en lo que a buen cine se refiere. Yo viví aquella época, y se de primera mano, lo que supuso la aparición del señor Freddy Krueger en las vidas de todos los jovencitos de entonces. Un hombre desfigurado que atacaba mientras dormías… Y en los ochenta, éramos mucho más inocentes que los niños de hoy en día. Creó escuela en el sentimiento de terror ante algo que no se puede dominar, los sueños. Cuando vas a dormir y tu mente divaga por universos en los que tú no puedes defenderte, porque no existen. Solo son sueños.
Y a eso se agarró Wes Craven para crear una historia que perduraría hasta nuestros días, creando un asesino en serie icónico y legendario. Alguien irreal contra el que es muy difícil luchar, ya que solo aparece cuando somos más vulnerables. Cuando dormimos y no podemos defendernos. Los protagonistas más jóvenes hacen bien su papel, con interpretaciones de personajes más bien arquetípicos (la época era muy dada a eso), pero que resuelven con unos diálogos bien llevados y alejados de los comentarios absurdos de los que se abusa hoy en día para tratar de generar empatía con los asesinados. Información directa, sin perderse en conversaciones banales, va al grano desde el minuto uno, y esa es una baza que juega a su favor, no irse por las ramas.

Me resulta muy interesante, obviamente con el paso de los años que uno detalla más lo que ve, el tratamiento de la fotografía y de la iluminación. Todas las escenas diurnas son excesivamente claras, para que así contrasten brutalmente, ya no solo con las escenas nocturnas, sino con las pesadillas de los protagonistas. Al igual, el sonido de esas cuchillas sobre los hierros de la fundición, son realmente desagradables.
Que el señor Krueger permanece en el imaginario colectivo de una buena cantidad de espectadores de mi quinta es innegable. Craven supo crear un personaje icónico, terrorífico, repulsivo y cargado de mala leche. Cierto es que con el paso de las siguientes películas, se tornó quizá demasiado sarcástico, con un humor negro que si bien no desentonaba con la historia, le restaba terror al personaje. Pero en su primera entrega, Freddy Krueger supo hacernos dudar sobre si acostarnos a dormir o no.

Escenas míticas como la de la bañera, el jovencísimo Johnny Depp en su cama o Tina siendo atacada en la habitación (sin olvidar la escena que cierra la película) no han perdido su encanto, siempre y cuando la visionemos con ese regusto de los efectos prácticos que tanto nos gustan a los que crecimos con ellos. ¿Qué se notan fallos? Obvio. Pero no hay CGI, del que se sigue abusando en infinidad de películas cuando con unos buenos maquillajes y el trabajo bien hecho de los especialistas en efectos especiales, resultarían más creíbles y más aterradoras. Aunque para gustos, colores, ya lo sabes.
La cantinela (clásica como el “taran, taran” de la película de Tiburón) de las niñas saltando a la comba fue evolucionando en cada película, variando su letra y a veces sin rima alguna. Yo, personalmente, me quedo con la original. No puede haber una escena más creepy que esas niñas vestidas de blanco, rubias e inmaculadas cantando semejante barbaridad. Así era Wes Craven.
No sé si te hablaré más adelante de alguna de las continuaciones, ya que para mí son bastante irregulares, pero comentarte que tras esta primera, el universo se expandió con seis películas más, un remake en 2010 que aunque no supera a la original, si trae un poco más de información y está bastante bien filmada. Y además existe por ahí una serie “Las pesadillas de Freddy”, que si bien no le tienen a él como protagonista, ahonda un poco en la oscura ciudad de Springwood. Y por cierto, Brad Pitt sale en un episodio de la serie, por si quieres descubrirla.
¿Recuerdas esta saga mítica? ¿Te gustan todas o solo alguna?

