LA LLAVE DEL MAL (o cómo creer en lo que nunca creíste)

La llave del mal (2005)


Dirección: Iain Softley

Reparto: Kate Hudson, Gena Rowlands, Peter Sarsgaard, John Hurt, Joy Bryant, Maxine Barnett, Fahnlohnee R. Harris

SINOPSIS

Tras dejar su empleo como enfermera en un hospital, la joven Caroline consigue trabajo en una mansión a las afueras de Nueva Orleans. Debe cuidar a un anciano que acaba de sufrir una embolia y para ello se instala en casa de los Deveraux. La esposa del enfermo se muestra recelosa ante la presencia de Caroline y los sucesos extraños comienzan a ocurrir, despertando la curiosidad de la joven por descubrir lo que ocurre con aquel matrimonio.

OPINIÓN PERSONAL DE «LA LLAVE DEL MAL»

Hoy nos remontamos hasta el 2005 para recordar una película que si aún no la has visto, no ha perdido para nada su esencia de thriller de terror psicológico. No es terror del actual (ya sabes que me encanta ese género), pero la ví hace unos días de nuevo y su halo de misterio me sigue encantando.

He de decir, que no sé qué es lo que tiene la ciudad de Nueva Orleans, pero me atrapa con su encanto mágico. Puede ser que me marcara “Entrevista con el vampiro” allá por los noventa, y que esa magia vampírica me haga ver esa ciudad como un destino a visitar alguna vez en la vida. También «True blood» ocurre en el estado de Lousiana, así que más encanto todavía…

Como en todas mis reseñas, los spoilers no tienen  cabida, así que trataré de explicarte lo que me gusta de esta historia sin desvelar nada. Porque merece mucho la pena este guion. La mansión donde viven los Deveraux, junto al delta del Mississippi, no está pensada para infundir miedo, que es lo que en muchas otras películas es un recurso fácil y efectivo. La casa no es lo que da miedo. Es una típica casa sureña, y lo que realmente perturba es lo que hay dentro. Los secretos ocultos, las mentiras. Todo eso es lo que poco a poco te va atrapando y envolviendo a ritmo de Papa Justify (ya sabrás a qué me refiero). La incredulidad es el leit motiv de Caroline, la resistencia a creer en lo que podría estar ocurriendo en el interior de aquella casa. Porque existe un aroma a normalidad de una pareja de avanzada edad, con sus manías y sus recelos. La verdadera evolución existe en el interior de Caroline, por tratar de comprender todo lo que se encuentra en aquella casa.

Una banda sonora a cargo de Ed Shearmur (Los ángeles de Charlie, Miss agente especial) que nos sumerge en los momentos más intensos de la película, haciéndonos partícipes con acordes directos y llenos de tensión. Lo que demuestra que muchas veces, la música es mucho más importante que los golpes de efecto (jumpscares) a base de sonidos estridentes que asustan infinitamente más que la imagen. Además de la archiconocida canción «Iko Iko», que aquí da de todo menos buen rollo… La dirección de fotografía ofrece momentos de auténtica angustia, con sombras, luces y movimientos rápidos de cámara.

En cuanto a la interpretación, pues Kate Hudson a mí me gusta bastante. Este es un registro en el que ella no suele moverse, puesto que le van más las comedias románticas. Y aquí convence en el papel protagonista, aunque he de reconocer que la increíble Gena Rowlands se la come en los enfrentamientos cara a cara. Pero aun así, los cuatro protagonistas realizan un gran trabajo interpretativo, con ese John Hurt (Alien el octavo pasajero) angustiado por todo lo que le rodea, y un Peter Sarsgaard (La huérfana) que trata de ayudar a Caroline a toda costa.

Con un plow twist (el giro argumental de toda la vida) que es muy sorprendente, la película nos muestra lo que a mí me encanta: esa sensación de “eso no me lo esperaba para nada…”. Es probable que para muchos escépticos, el final ellos ya se lo imaginaran (hay demasiado inteligente suelto), pero he de reconocer, que yo no me lo esperaba en absoluto.

La historia se resuelve de forma muy clara, es decir, todo queda perfectamente explicado durante el transcurso de la película, por lo que es muy fácil atar cabos cuando se genera el desenlace de la historia. No existen los sustos fáciles. Porque su guion está perfectamente hilado para explicarnos lo que necesitamos saber (y Caroline también) y con esos datos dejarnos llevar por la historia. No quedan huecos muertos, frases absurdas o tramas no resueltas, lo cual se agradece. Todo tiene un por qué, y por eso te digo que tras un segundo visionado (cuando ya conoces el final) consigues ver los entresijos que el guionista había escondido durante toda la cinta.

Pues hasta aquí mi reseña sobre “La llave del mal”, que he de reconocer que gana interés al repetir su visionado. Porque aunque ya conozcas el final, entiendes muchos guiños y pistas que el guion va soltando como pequeñas perlas que parecen no tener importancia, pero que juntas forman un todo sorprendente.

¡Nos vemos la semana que viene!


SUPERNOVA (o el viaje hacia el olvido)

Supernova (2020)


Dirección: Harry McQueen

Reparto: Colin Firth, Stanley Tucci, James Dreyfus, Pippa Haywood, Sarah Woodward, Tina Louise Owens, Julie Hannan, John Alan Roberts, Lori Campbell, Peter MacQueen

SINOPSIS

Sam y Tusker llevan juntos más de veinte años. Han decidido hacer un viaje en su caravana por diferentes lugares de Inglaterra, visitando a familiares y amigos. Quieren recordar todo lo que han vivido juntos, porque uno de ellos ya está empezando a olvidarlo.

OPINIÓN PERSONAL DE «SUPERNOVA»

Sam y Tusker llevan juntos más de veinte años. Han decidido hacer un viaje en su caravana por diferentes lugares de Inglaterra, visitando a familiares y amigos. Quieren recordar todo lo que han vivido juntos, porque uno de ellos ya está empezando a olvidarlo.

Opinión:

Historia dura la que te traigo hoy. Es cierto, que la vi hace un par de semanas y por supuesto con todo lo que transmitió, quería hacer esta reseña lo antes posible. Pero bueno, había colgado dos reseñas de películas las semanas anteriores, así que por eso publiqué mi opinión sobre la serie «Perdidos».

Podría no contarte de lo que va la historia, pero lo cierto es que viendo el tráiler, o leyendo la sinopsis en cualquier página, sabrás que esta película trata la enfermedad del Alzheimer. Lo interesante que nos ofrece esta película es el estado en el que se encuentra la enfermedad del protagonista durante todo el metraje. Habría sido fácil utilizar el recurso más fácil, adelantarse hasta el momento más crudo y triste de esta enfermedad degenerativa. Conseguir la lágrima fácil, en el final del trayecto del personaje, cuando ya no conoce lo que le rodea.

Pero Harry McQueen empieza a contarnos la historia cuando los pequeños indicios de ese declive aparecen, desestabilizando a la pareja. Cuando ambos son conscientes de que todo está empezando a desmoronarse. Y creo que ahí radica el hecho de que esta película sea perfecta. Hay tanta dulzura en las palabras, tanto amor en las miradas, que no hace falta lanzarse a los llantos desaforados ni a los gritos de dolor. Esa calma aparente que transmiten los dos, aunque ambos tengan miedo a lo que se avecina, te traspasa el corazón.

Los paisajes idílicos de Inglaterra y la banda sonora, se acoplan a la perfección a lo que el director quiere mostrarnos. Por supuesto, que no creo que pretenda embellecer una situación tan triste y que descoloca tanto, mostrándonos preciosos bosques o lagos soleados. Desde mi punto de vista, todos los lugares, todo el recorrido que realizan los personajes, son una muestra de lo que con el paso de la vida, todos recorremos de una forma u otra. Porque eso es lo que quieren recordar los protagonistas. Todo lo que han vivido juntos, todo el amor que han sentido en cada uno de esos lugares y con cada una de las personas con las que se cruzan durante el viaje.

Normalmente, una gran película tiene unas interpretaciones igual de grandes. O a veces no. Pues en «Supernova», Stanley Tucci y Colin Firth están que se salen. Me parece de una calidad interpretativa excepcional, el ser capaces de transmitir todo ese dolor, todo ese miedo, toda esa incertidumbre con apenas cuatro palabras y con interminables miradas y gestos. Los dos están en estado de gracia. Y aunque por ahí he leído que Tucci supera a Firth, yo los igualo. Y si me apuras, creo que Firth está sublime.

Al final, esta película no es una historia de diálogos. Al menos de diálogos pronunciados por los personajes. De hecho, las intervenciones son pocas, cortas y directas. Lo que hace realmente hermosa a esta historia es todo lo contrario. Son los silencios, las miradas, la melodía. El alma de la pareja luchando por un destino que no pueden controlar y que se les escapa de las manos.

Otro de los aspectos destacables en ésta película, es el tratamiento que se ha dado a la relación de los protagonistas. El director ha utilizado tanta sensibilidad, tanto amor, tanto cariño hacia dos personas que afrontan la enfermedad de uno de ellos, sin importar su orientación, sin caer en los tópicos, que a mí me ha sobrecogido.

Un final abierto, o al menos, a mí me lo parece. Duro, muy duro. Ya sabrás que soy muy de llorar, pero desde el minuto quince, ya tenía un nudo en el estómago. Tengo que confesar, que tuve que pararla en un momento dado, para calmarme y poder continuar. Pero bueno, yo soy muy de sentimientos, así que a lo mejor no es de llorar desde tan iniciada la película. Tú decides.

¿Conocías esta película? ¡Nos vemos la semana que viene, con más historias que contar!


LAS AVENTURAS DE PRISCILLA, REINA DEL DESIERTO (o de viaje con la boa y los tacones)

Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (1994)


Dirección: Stephan Elliott

Reparto: Terence Stamp, Hugo Weaving, Guy Pearce, Bill Hunter, Sarah Chadwick, Mark Holmes, Rebel Penfold-Russell, John Casey, Julia Cortez, Murray Davies

SINOPSIS

Dos drag queens (Mitzy y Felicia) y una transexual (Bernadette), residen en Sidney y son contratadas para actuar en un hotel en Alice Springs, situado en mitad del desierto de Australia. A bordo de un autobús preparado a conciencia para ese viaje, las tres emprenden una maravillosa aventura recorriendo el desierto. Alegrías y tristezas se mezclarán en un viaje descubrimiento personal.

OPINIÓN PERSONAL DE «LAS AVENTURAS DE PRISCILLA, REINA DEL DESIERTO»

¡Feliz fin de Semana Santa! Espero que hayas disfrutado de tu descanso, de las procesiones si te gustan, en general, que hayas tenido un tiempo para tí…

Hoy te quiero hablar de este clasicazo al canto que te traigo hoy. Corrían mediados de los noventa, cuando de la lejana Australia comenzaba a publicitarse una película curiosa para aquella época. Un autobús con un tacón en el techo, recorriendo las vastas tierras desérticas de Australia, a ritmo de Gloria Gaynor. Lentejuelas, tacones, boas de plumas y purpurina.

Poco presagiaba lo que aquella cinta desataría a nivel mundial. Una película tan excéntrica como necesaria. Y es que si no la has visto, es de obligado visionado, porque es una verdadera delicia. Un viaje terrenal por Australia que hará a las tres protagonistas replantearse sus propios temores, enfrentarse a ellos y vencerlos. Un viaje de aceptación personal, salpicado por éxitos de la música disco, coreografías y mucho cachondeo.

Esta película es una road movie de manual (Thelma & Louise por ejemplo), en la que unos personajes realizan un viaje con sus pros y sus contras. Solo que aquí lo atípico no es solo lo que los personajes viven durante ese viaje. Los mismos personajes tienen su propio viaje interno debido a su doble condición (Terence no, que ella ya tiene claro quién es) y durante todo el viaje aprenden a conocerse entre ellos, así como a sí mismos.

Uno de los puntos a favor que tiene esta cinta es su elenco protagonista. A día de hoy, los tres son conocidísimos, pero en aquella época, recuerdo que yo conocía sobre todo a Terence Stamp, por ser el profesor de “Link”, el General Zod en “Superman 2” o Victor Taft en “Peligrosamente juntos”. El señor Guy Pearce era un ídolo allí en la tierra de los canguros gracias a “Neighbours”, una de esas interminables series que lanzaron a estrellas como Kylie Minogue, Margot Robbie, Russell Crowe, o Liam Hemsworth. Y a Hugo Weaving tampoco le había dado tiempo a despuntar. Y creo que eso jugó (al menos para mí) una baza muy positiva. No conocer a los dos actores que interpretan a las drag queens, y ver a un personaje tan carismático como Stamp interpretando a un transexual. Aunque han pasado los años, mi percepción de Guy Pearce es y será durante mucho tiempo, el de la musculoca que interpretó en esta película. Rompedores, auténticos, realistas, sensibles y certeros. Tres interpretaciones gloriosas, dignas para el recuerdo. Pero yo, le pese a quien le pese, me quedo de lleno con Guy Pearce y su interpretación de lo que era una LOCA con todas las letras. Sublime y divertidísimo.

Y lo que más me gusta de esta historia, es lo humanos que están creados los personajes. No se les ridiculiza, no se les caricaturiza. No son personajes destinados a la tragedia, pecadores insanos, malvados vengativos, ni mártires. Son seres humanos, que sin darse cuenta, comenzaron a abrir la puerta el colectivo LGTBIQ+, desde la lejana Australia.

La amistad encubierta por el odio y la envidia que parecen profesarse entre ellos, aflora en los momentos necesarios, demostrando que ante la crueldad del mundo real, estar unidos es lo más importante que deben conseguir. Luchar en equipo contra una sociedad que no quiere entenderles. Y mucho menos aceptarles. Y aun así, entre golpes de humor y alguna que otra lágrima, consiguen su objetivo, aunque no sea como ellos esperaban.

La banda sonora es una delicia. Las actuaciones ensalzan aún más si cabe grandes clásicos de la música disco, volviendo a poner a Abba en el punto de mira del mundo. La ópera que canta Guy Pearce sobre el autobús es de una belleza extrema (pequeño spoiler, pero quería decírtelo).

El vestuario ganó un Oscar, y con razón. Puede ser que en otra película, colocando todos esos accesorios y trajes estrambóticos en otro lugar, no resaltaran tanto. Pero en aquel desierto, cada toque de color destaca como un arco iris en un día de lluvia. Cada cambio de vestuario es un deleite para la vista, a cual más alocado. A cual más provocativo. Y no en el sentido sexual de la palabra, sino provocativo hacia los ojos de la Australia profunda que las observan.

Como nota informativa, los americanos trataron de copiar este exitazo australiano y crearon “A Wong Foo, gracias por todo Julie Newmar”, tirando de estrellas del momento como Patrick Swayze, Wesley Snipes y John Leguizamo. No le quito mérito, pero es demasiado soft y happy end, como a EEUU le gusta. Mucho menos realista que Priscilla a leguas. Pero bueno, para que sepas que también existe una historia muy similar hecha por los americanos.

Sensible, emotiva, divertida… Esta película tiene todos los ingredientes para volver a verla cada cierto tiempo. Y disfrutar de una historia fresca, sincera y de la que todos podemos aprender. A aceptarnos como somos, a ser felices de esa manera y salir adelante a pesar de los inconvenientes que la vida nos va ofreciendo.

Así que si no conocías esta preciosa historia, te la recomiendo, porque aunque tiene más de 25 años, verla es un dulce para la vista.

¡Hasta la próxima!


THE NORMAL HEART(o la lucha de una minoría estigmatizada)

The normal heart (2014)


Dirección:  Ryan Murphy

Reparto: Mark Ruffalo, Matt Bomer, Taylor Kitsch, Jim Parsons, Julia Roberts, Alfred Molina, Joe Mantello, BD Wong, Jonathan Groff, Stephen Spinella, Finn Wittrock, Denis O’Hare

SINOPSIS

Basado en la historia personal del guionista Larry Kramer, nos encontramos a principios de los años ochenta, cuando el Sida hace su aparición con gran virulencia. El desconocimiento ante este nuevo “cáncer gay” arrasó con la vida de miles de personas. Activistas homosexuales y médicos luchan por demostrar que aquella nueva enfermedad no es exclusiva del colectivo gay.

OPINIÓN PERSONAL DE «THE NORMAL HEART»

Estupenda película del 2014 que no conocía, a pesar del elenco tan conocido que interviene en ella. Una historia acerca de la aparición del Sida en Nueva York y la lucha de una doctora y un grupo de activistas por conseguir visibilizar esa nueva epidemia que comienza matando al colectivo gay.

Esta película está basada en la pieza teatral “The normal heart” de Larry Kramer (que quiero buscar porque no sabía que derivaba de un texto teatral) y he llorado. Ya sabes que soy muy sentimental, pero es que esta historia es tan dura, tan cruel y tan real, que es imposible no empatizar con la situación. Y ya no te digo que conectes con uno u otro personaje para llegar a ese sentimiento comprimido en el pecho. El grupo, el colectivo, la enfermedad, la impotencia de todos y cada uno de ellos. La muerte que va arrasando con todos y cada uno de ellos, sin saber cómo ayudar, ni por qué ocurre todo en las sombras, sin que el mundo haga nada. Eso es lo que desgarra por dentro.

Y Ryan Murphy logra transmitirlo a base del conocimiento y su especial forma de filmar. Que a muchos es posible que no les guste, pero sabes ya que es un director por el que tengo debilidad (Scream Queens, AHS, The Prom, y un largo etc). De una fuerza descomunal, comenzando por su guion, hasta la increíble interpretación de todos los actores. Pasando por una fotografía muy al estilo al que Murphy nos tiene acostumbrados y una música que compacta a la perfección con aquella época en la que el mundo se convulsionó a causa de una nueva enfermedad.

Este tema ya ha sido tratado en infinidad de películas y series, y de alguna de ellas ya te he hablado por aquí, como “It’s a sin” o “Compañeros inseparables”. Digamos que en ésta película de la que te hablo hoy, se ahonda mucho más en los sentimientos de los personajes a nivel grupal (la preocupación por el colectivo) por conseguir hacerse oír. La demanda de investigación, ayuda y des estigmatización acerca de que ese nuevo cáncer, no afecta sólo a la población gay. No hay mentiras acerca de todo ello, solo hay que leer un poco la historia. El Sida apareció en 1981 y no fue hasta 1985 cuando Ronald Reagan habló sin tapujos acerca de la nueva enfermedad. Y ya habían muerto más de 20.000 personas. Así que la realidad, como siempre, supera a la ficción.

La lucha constante de Ned por hacerse oír se convierte en una barrera frente a sus amigos gays, que buscan la vía diplomática y el silencio por respuesta (no provocar oleajes), dejando sin darse cuenta que el tiempo pase y la plaga se extienda irremediablemente. Quizás hay momentos en los que el personaje de Mark Ruffalo parece excesivamente desquiciado, pero solo hay que meterse en su piel, para entender esa rabia, ese eterno rencor hacia la sociedad americana. La relación con su hermano Ben, nos ofrece una visión muy realista acerca de la verdadera aceptación moral de muchos. El amor que se profesa por vínculos familiares, choca de frente con la realidad de una sexualidad que muchos heterosexuales no aciertan a comprender o directamente no aceptan. Los diálogos entre ellos (sobre todo los reproches de Ned) poseen una fuerza brutal y llena de verdades escupidas a bocajarro.

El elenco está compuesto por actores de gran renombre como Mark Ruffalo (Hulk, En carne viva), Alfred Molina (Spider-man, El código DaVinci) o Julia Roberts (Pretty Woman, Erin Brokovich), así como un grupo de los que se convertirían con el paso de los años en actores fetiche de Ryan Murphy (Matt Bomer, Finn Wittrock o Denis O’Hare).

El trabajo de Mark Ruffalo me ha sorprendido muy gratamente. Es más, me ha tocado el corazón en infinidad de momentos del filme. Un diez con mayúsculas para él. Consigue mostrarnos a un ser humano desesperado por su comunidad, enamorado de la vida y con unos accesos de ira a causa de la frustración que encogen el corazón. Julia Roberts, como siempre, soberbia. Su papel, aunque tiene peso en la historia a nivel informativo, no aparece en exceso, pero es que tampoco le hace falta. Su monólogo principal muestra la gran actriz que es, apoyada por un gran texto que no esconde nada de lo que quiere hacer que se sepa. Mención especial (porque todos los personajes están maravillosamente creados) para un Matt Bomer, que deja de ser solo una cara bonita para el gran público y nos muestra a un periodista gay que evoluciona hasta el delirio interpretativo. Una delicia.

Un grito desgarrado que nos recuerda, con una dureza y crudeza agonizante, la aparición de esta pandemia mundial. La forma en la que el círculo en el que apareció y cómo volvió a estigmatizar a un colectivo que había luchado durante años por conseguir su libertad. Una epidemia que como ya dije en otro post, ha acabado con la vida de más de 36 millones de seres humanos desde su aparición.

Es dura, es directa y duele. Pero te recomiendo que no pierdas la oportunidad de verla. Es un viaje al pasado, que nos ayuda a entender un poco más el camino que sigue recorriendo el colectivo. ¡Que la disfrutes!

¡Nos vemos la semana que viene!

QUERELLE (o el deseo hecho carne y violencia)

Querelle (1982)


Dirección: Rainer Werner Fassbinder

Reparto: Brad Davis, Franco Nero, Jeanne Moreau, Laurent Malet, Hanno Pöschl, Günther Kaufmann, Burkhard Driest, Roger Fritz, Dieter Schidor, Natja Brunckhorst

SINOPSIS

Georges Querelle es un marinero que ha recorrido todo el mundo a bordo del barco Vengeur. Además es un ladrón y un asesino. Querelle posee un magnetismo especial con el que seduce y encandila a cualquiera que se cruce en su camino. Especialmente a los hombres que le acompañan en su espiral de desenfreno.

OPINIÓN PERSONAL DE «QUERELLE»

No tengo muy claro cómo clasificar la película de la que te voy a hablar hoy. La vi hace bastante tiempo, varias veces durante toda mi vida. Y decidí volver a verla de nuevo hace poco. La sensación es la misma que antaño. Me gusta mucho, pero no tengo muy claro lo que he visto. Una historia onírica, cargada de belleza en la violencia de sus imágenes (que es complicado), llena de mensajes filosóficos edulcorados a base de cuerpos hercúleos, momentos terriblemente homoeróticos y una sexualidad reprimida convertida en ira.

Que no es una película para todo el mundo, eso también te lo puedo confirmar. No es como el cine que nos hemos acostumbrado a ver estos últimos años, muchas veces de usar y tirar. Querelle no es precisamente ágil en su ejecución, pecando de lenta en algunos momentos. Si no eres de las personas que se fijan en los detalles, no creo que llegues a disfrutarla. Si eres de mi club, probablemente encuentres muchos entresijos en cada toma, en cada plano. Y tampoco es que me considere un erudito en esto del análisis cinematográfico, ni mucho menos. Pero aprovecho cada segundo de calma en la cinta para saborear cada esquina de la toma, cada escondite del plano. Porque creo que es lo que Fassbinder buscaba con esta película. Que analizáramos cada detalle.

El guion flojea en ciertos aspectos, puesto que no profundiza demasiado en la psicología de los personajes, pero tampoco creo que Fasbinder fuera lo que buscara en este filme. Mi opinión tras una revisión hace unos días, es que en aquella época, lo que se trataba de conseguir era un revulsivo contra la sociedad. Probablemente en aquellos años, estaba destinada a ser visionado por una minoría que había salido del armario y comenzaba a disfrutar de esa falsa libertad. Y el paso del tiempo es el que colocaría esta película como una pequeña joya de culto.

Con un juego de fotografía espectacular, nos ofrece atardeceres que parecen no terminar nunca, esos tonos anaranjados, rojizos, amarillentos. Los decorados son eso, decorados. No tratan de esconderlo, ni de maquillarlo de forma ridícula. Porque están ahí para realizar su cometido, decorar las escenas.

La estética de los personajes me ha recordado en muchos momentos a los comics de “Tom of Finland”, aunque los comics sean bastante más subidos de tono que la película que nos ocupa. Los cascos de los obreros, esos pechos musculados y velludos… Vamos, los comics en plan soft, pero en vivo y a todo color.

Brad Davis es una debilidad, al menos para mí. Fallecido a causa del Sida (o al menos eso se cree) en el año 91, tras el boom de la aparición de esta enfermedad, como ya hablé en el post sobre “Compañeros inseparables”. No lo voy a defender por el papel que realiza en esta cinta (me enamoró en “El expreso de medianoche”) porque creo que Fassbinder jugó muy bien la baza de elegirle para este personaje. Tras el éxito de “El expreso de medianoche” y “Carros de fuego” (bendito seas Vangelis por esa banda sonora), Brad era una estrella en ciernes, lo suficientemente atractivo, varonil y deseable tanto para hombres como para mujeres. Y en esta película Brad demuestra tener ese magnetismo que Genet describía en Querelle. Sus planos descamisado, o simplemente hablando en primer plano, hacen que no podamos apartar la vista de la pantalla. Esa camiseta de tirantes de corte cuadrado es una oda al erotismo. Franco Nero y Jeanne Moreau realizan buenos trabajos interpretativos, aunque como ya he dicho al principio del post, la psique y el mundo interno de los personajes no es algo que prime en esta historia.

Es un viaje visual, decadente, oscuro, hacia lo más escondido del ser humano. Iluminado a golpe de soles en el ocaso, de escenarios de cartón piedra, de vidas de mentira cargadas de verdad. Uno de los mensajes que me llevo de esta historia, es que lo que deseamos es lo que marca el camino que seguimos. Y aunque aquí hablamos de terrenos sensuales y sexuales, es aplicable a cualquier aspecto de nuestra vida.

Así que me despido invitándote a descubrir esta peculiar pieza cinematográfica, que seguro que te resulta como poco, peculiar.

¡Nos vemos el próximo domingo!


ESPEJO ESPEJO (o la sublevación de tu propio reflejo)

Espejo espejo (2022)


Dirección: Marc Crehuet

Reparto: Malena Alterio, Santi Millán, Natalia de Molina, Carlos Areces, Carlos Bardem, Betsy Túrnez, María Adánez, Toni Acosta, Loles León, Verónica Forqué, Tito Valverde

SINOPSIS

Una empresa de cosméticos está a punto de celebrar sus 50 años al pie del cañón. En ella, un grupo de empleados lidian día tras día con sus miedos, sus ambiciones y sus propios reflejos ante el espejo. Ante cualquier reflejo, su verdadera personalidad trata de salir a flote en un mundo en el que aparentar lo que los demás quieren ver es ley de vida.

OPINIÓN PERSONAL DE «ESPEJO ESPEJO»

Un tema interesante el que te traigo hoy gracias a esta película. Muy al hilo de mis post de final de año (aquí y aquí puedes leerlos). Ha sido una experiencia bastante extraña el ver esta historia. No me ha quedado muy claro el objetivo de catalogar esta película como una comedia. Porque me he reído en algún momento (no a carcajadas, pero sí alguna risa suelta). Los personajes, el escenario, parte del guion así lo intentan; que sea una comedia. Pero el trasfondo que pretende enviar (o que a mí me ha llegado) no es para nada divertido. Y siempre que me ocurre algo así me viene a la memoria “Noviembre dulce” con Keanu Reeves y Charlize Theron, un pedazo de dramón del quince envuelto en una comedia ligera.

Todos los protagonistas consiguen hacerte entender su situación emocional cada vez que se enfrentan a su reflejo en el espejo. Algunos lo hacen de forma cómica y otros de una forma más emocional. Mientras que Carlos Areces (que me gusta, pero su registro es más bien limitado, siendo siempre él mismo) camina por el humor más directo, Malena Alterio viaja por el río de la confusión y el dolor ante su propia realidad y la que hace ver al resto. Santi Millán salta de un registro a otro (comedia y drama) y eso genera desconcierto a la hora de empatizar con su personaje, puesto que no llega a entenderse la verdadera realidad o personalidad. Y Natalia de Molina tiene pocas interacciones consigo misma, pero viaja por su historia carente de humor y de forma más seria. El elenco protagonista hace un muy buen trabajo como he dicho, así como los pequeños papeles que hacen estrellas de la talla de Loles León, Tito Valverde, Toni Acosta o mi añorada y adorada Verónica Forqué.

La idea del reflejo en el espejo ya se ha utilizado en otras ocasiones, eso es cierto. Aquí nos enseña el yo interior, aquel que querría gritar lo que necesita, lo que ansía, lo que piensa. Pero que por un motivo u otro, nunca llega a expresar. Vivimos en un mundo en el que siempre se nos ha enseñado lo que es correcto, lo que se debe de decir y lo que no. Cómo ocultar nuestros sentimientos para no herir al de enfrente. Como mantener la compostura ante el resto. Como vivir “educadamente”. Con el paso de los años hemos girado 180 grados y se nos ha dado la libertad para ser quienes somos, decir lo que nos venga en gana y que el de enfrente arree con lo que pueda. Sin pensar en el daño, sin analizar las consecuencias. No olvidaré todos los post de una crueldad infame hacia Verónica Forqué por su participación en MasterChef desendo que la ingresen, que se muera, etc… Y así pasó. Así es el ser humano. Así es el reflejo de muchos.

Los extremos no son buenos y estos personajes descubren ante sus reflejos esos dos extremos. El que viven y el que quiere salir. ¿Cuál es el bueno? ¿Cuál merece estar fuera del espejo? Quizás una mezcla de los dos. Pero todavía no nos han enseñado a fusionar ambos. Bueno, yo sí lo he aprendido, así que en este saco no me meto. Y habrá gente que, como yo, ha aprendido a caminar en esa línea en la que los dos mundos convergen, se amoldan y conviven.

No deja de ser un fiel reflejo de la sociedad en la que vivimos. De la gran mayoría (no es nada personal) al fin y al cabo. Ese afán por aparentar, por querer ser, por llegar a nuestra meta. Y por otro lado esos miedos, ese freno, esa duda ante ser quien realmente quieres ser. Cada personaje lucha contra su reflejo. La película navega entre esas dos líneas, mezclando el drama con el humor. Quizás ahí es donde hace aguas la historia en su conjunto. Desde mi humilde punto de vista, se tratan temas bastante duros con los que muchos espectadores pueden sentirse identificados, pero se les rodea de situaciones ligeras de peso emocional, o se ondea por la superficie para no caer en el drama intenso. Quizás demasiados puntos de vista acerca de la sociedad hacen que sea complicado enfocarse hacia un género en particular, de ahí el salto intermitente entre comedia y drama.

A colación con esto, el personaje de la portera, siendo de reparto (Betsy Túrnez, una estupenda actuación) nos ofrece la visión más generalizada de la sociedad. Creo que es la tónica de muchísima gente a día de hoy. Y es duro pensarlo y decirlo, pero como dije en mi post “The prom”, solo hace falta pasarse por las RRSS para echar un vistazo acerca de lo que ocultos, bajo pseudónimos, somos (bueno, son, en este saco tampoco me meto) capaces de escupir.

Que esta película no va a dejar huella, lo sé. No siempre te traigo reseñas sobre grandes clásicos o filmes de culto. Al final, a veces está bien descubrir pequeñas historias que nos hacen pensar un poco más allá. Aunque luego solo nos llevemos ese pensamiento para integrarlo en nuestra vida y nos olvidemos del lugar donde lo aprendimos. Y creo que eso es lo que “Espejo espejo” consigue en el espectador.

Una comedia ligera con mensajes bastante duros, pero que se deja ver. De corta duración, con interpretaciones de gran calidad. Y con un mensaje que todos deberían analizar.

¿La has visto? ¿Te ha gustado? Deja tus comentarios sobre esta película más abajo.

¡Hasta la próxima semana!

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