La llave del mal (2005)
Dirección: Iain Softley
Reparto: Kate Hudson, Gena Rowlands, Peter Sarsgaard, John Hurt, Joy Bryant, Maxine Barnett, Fahnlohnee R. Harris
SINOPSIS
Tras dejar su empleo como enfermera en un hospital, la joven Caroline consigue trabajo en una mansión a las afueras de Nueva Orleans. Debe cuidar a un anciano que acaba de sufrir una embolia y para ello se instala en casa de los Deveraux. La esposa del enfermo se muestra recelosa ante la presencia de Caroline y los sucesos extraños comienzan a ocurrir, despertando la curiosidad de la joven por descubrir lo que ocurre con aquel matrimonio.
OPINIÓN PERSONAL DE «LA LLAVE DEL MAL»
Hoy nos remontamos hasta el 2005 para recordar una película que si aún no la has visto, no ha perdido para nada su esencia de thriller de terror psicológico. No es terror del actual (ya sabes que me encanta ese género), pero la ví hace unos días de nuevo y su halo de misterio me sigue encantando.
He de decir, que no sé qué es lo que tiene la ciudad de Nueva Orleans, pero me atrapa con su encanto mágico. Puede ser que me marcara “Entrevista con el vampiro” allá por los noventa, y que esa magia vampírica me haga ver esa ciudad como un destino a visitar alguna vez en la vida. También «True blood» ocurre en el estado de Lousiana, así que más encanto todavía…

Como en todas mis reseñas, los spoilers no tienen cabida, así que trataré de explicarte lo que me gusta de esta historia sin desvelar nada. Porque merece mucho la pena este guion. La mansión donde viven los Deveraux, junto al delta del Mississippi, no está pensada para infundir miedo, que es lo que en muchas otras películas es un recurso fácil y efectivo. La casa no es lo que da miedo. Es una típica casa sureña, y lo que realmente perturba es lo que hay dentro. Los secretos ocultos, las mentiras. Todo eso es lo que poco a poco te va atrapando y envolviendo a ritmo de Papa Justify (ya sabrás a qué me refiero). La incredulidad es el leit motiv de Caroline, la resistencia a creer en lo que podría estar ocurriendo en el interior de aquella casa. Porque existe un aroma a normalidad de una pareja de avanzada edad, con sus manías y sus recelos. La verdadera evolución existe en el interior de Caroline, por tratar de comprender todo lo que se encuentra en aquella casa.
Una banda sonora a cargo de Ed Shearmur (Los ángeles de Charlie, Miss agente especial) que nos sumerge en los momentos más intensos de la película, haciéndonos partícipes con acordes directos y llenos de tensión. Lo que demuestra que muchas veces, la música es mucho más importante que los golpes de efecto (jumpscares) a base de sonidos estridentes que asustan infinitamente más que la imagen. Además de la archiconocida canción «Iko Iko», que aquí da de todo menos buen rollo… La dirección de fotografía ofrece momentos de auténtica angustia, con sombras, luces y movimientos rápidos de cámara.
En cuanto a la interpretación, pues Kate Hudson a mí me gusta bastante. Este es un registro en el que ella no suele moverse, puesto que le van más las comedias románticas. Y aquí convence en el papel protagonista, aunque he de reconocer que la increíble Gena Rowlands se la come en los enfrentamientos cara a cara. Pero aun así, los cuatro protagonistas realizan un gran trabajo interpretativo, con ese John Hurt (Alien el octavo pasajero) angustiado por todo lo que le rodea, y un Peter Sarsgaard (La huérfana) que trata de ayudar a Caroline a toda costa.

Con un plow twist (el giro argumental de toda la vida) que es muy sorprendente, la película nos muestra lo que a mí me encanta: esa sensación de “eso no me lo esperaba para nada…”. Es probable que para muchos escépticos, el final ellos ya se lo imaginaran (hay demasiado inteligente suelto), pero he de reconocer, que yo no me lo esperaba en absoluto.
La historia se resuelve de forma muy clara, es decir, todo queda perfectamente explicado durante el transcurso de la película, por lo que es muy fácil atar cabos cuando se genera el desenlace de la historia. No existen los sustos fáciles. Porque su guion está perfectamente hilado para explicarnos lo que necesitamos saber (y Caroline también) y con esos datos dejarnos llevar por la historia. No quedan huecos muertos, frases absurdas o tramas no resueltas, lo cual se agradece. Todo tiene un por qué, y por eso te digo que tras un segundo visionado (cuando ya conoces el final) consigues ver los entresijos que el guionista había escondido durante toda la cinta.
Pues hasta aquí mi reseña sobre “La llave del mal”, que he de reconocer que gana interés al repetir su visionado. Porque aunque ya conozcas el final, entiendes muchos guiños y pistas que el guion va soltando como pequeñas perlas que parecen no tener importancia, pero que juntas forman un todo sorprendente.
¡Nos vemos la semana que viene!