Fellow Travelers (2023)
Creación: Ron Nyswaner
Reparto: Matt Bomer, Jonathan Bailey, Allison Williams, Andy Milner, Erin Neufer, Jane Moffat, Mike Taylor, David Tomlinson, Ben Sanders, Etienne Kellici
Temporadas: 1
Episodios: 8
SINOPSIS
En la era McCarthy, dos hombres muy diferentes entre sí se conocen en Washington y comienzan una tórrida relación que abarca desde la guerra de Vietnam, los alocados años setenta hasta la irrupción del SIDA en los años ochenta.
OPINIÓN PERSONAL DE «FELLOW TRAVELERS»
Esta semana vuelvo a traerte una serie de esas que a mí me gustan. Buen guion, buena historia, magníficas interpretaciones y un mensaje duro pero necesario. Aunque yo conocía esta serie por su título original, es posible encontrarla también como “Compañeros de ruta”, por si tras leer mi reseña te animas a echarle un vistazo.
Durante la década de los cincuenta, en plena era McCarthy, la homosexualidad era considerada una enfermedad psiquiátrica y este señor llegó a compararla con el comunismo, ahí es nada. Comenzó una cruzada para descubrir a todos los gays y lesbianas que pudiera, para así eliminarlos del equipo de gobierno. Una caza de brujas por un temor infundado y absurdo que acabó con la vida (tanto social como literal) de muchísimas personas. Su mano derecha, Roy Cohn, como símbolo de la hipocresía de la época, era un homosexual en el armario que ayudó al senador a destrozar las vidas de sus iguales. Como sigue ocurriendo en muchos aspectos de la vida actual, así es el ser humano.
Y aquí comienza esta estupenda historia que une por casualidad a Tim Laughlin y Hawkins Fuller, dos empleados gubernamentales que sin darse cuenta, forjan un amor oculto que durará décadas y que los marcará de por vida.
El combo Bailey/Boomer es un acierto en todos los sentidos. Dos actores que se entregan a sus personajes en cuerpo y alma. Un idealista y un ambicioso que se cruzan por casualidad y que se dejan arrastrar por una pasión que los engulle y los escupe una y otra vez durante toda una vida. Los matices de cada uno de los personajes están muy bien definidos desde el principio de la historia, por lo que es fácil posicionarse a un lado u otro del combo, en función de con cuál de ellos empatices más. Matt Boomer crea un personaje tan bello como despreciable. Frío, insensible y con un carisma que emana por cada poro de su piel, dejándonos ver que es capaz de camelarse a quien quiera. Y Jonathan Bailey configura a un Tim dulce, soñador, enamoradizo y capaz de aguantar lo que sea necesario por quien cree que es su amor verdadero. Con todas las consecuencias que ello le acarree. Una pareja que demuestra el buen hacer interpretativo desde inicio a fin de cada capítulo.
Durante la mayor parte del metraje, el personaje de Hawk consigue producir un rechazo muy marcado con el espectador, colocándonos junto al sufrimiento de Tim por la indiferencia y crueldad de Hawk. Pero desgraciadamente la situación de Hawkins es entendible si nos posicionamos en la estructura social de la época, el estatus en el que este personaje se movía y lo que podía perder. No materialmente, sino personalmente. A lo largo de los episodios descubrimos el miedo que anida en su interior, y aunque no llegué a conectar con él al cien por cien, sí que le di el beneficio de la duda. Porque es fácil desde nuestra perspectiva actual el pensar “lucha por él”, “sé fiel a ti mismo” o “cobarde por no amar a quien quieres”. Pero aunque arrastre a la desgracia a las personas que ama (Tim y Lucy), entiendo aunque no comparto su postura. Porque ya lo dije en “El baile de los 41”, no solo se daña uno mismo, sino al entorno. Y aunque yo, como parte del colectivo, desee que Tim y Hawk estén juntos, soy consciente y empatizo con la situación de Lucy durante toda la historia. Porque no es fácil, nada fácil.
No puedo dejar de mencionar al vértice faltante de este triángulo amoroso, y es nada más y nada menos que la increíble Allison Williams a la que descubrí en “La perfección” y que aquí es la abnegada esposa de Hawk, Lucy Smith. Hija del senador Wesley y enamorada desde la primera vez que ve a Hawkins, nos ofrece un personaje lleno de aristas, fiel reflejo de las mujeres de la época. Como dicen en algún momento de la serie, las mujeres saben lo que sus maridos, pero lo importante es que vuelvan a casa con ellas. Y es duro escucharlo, porque era una realidad, no hablando solo del tema lgtb, sino en todos los aspectos sociales y morales (prostitutas, juegos, alcohol y un largo etcétera). Ella acepta su situación y ahí radica la crueldad de la vida de Lucy, el saber y callar. Un sobresaliente para el recorrido de este personaje.
La estética de todas las décadas en las que transcurre la serie están perfectamente recreadas, tanto en vestuario, maquillaje y peluquería, como en ambientación (hogares, oficinas, clubs nocturnos, etc) y fotografía. Ya sabes que a mí esos detalles me encantan.
Descubrimos una visión de la sociedad desde los años cincuenta, hasta mediados de los ochenta, cuando el SIDA arrasó con gran parte de la comunidad gay. Con saltos en el tiempo, podemos descubrir los altibajos, no solo de sus protagonistas, sino de todos los que les rodean, y que también recorren un duro camino junto a ellos.
Y como siempre diré, estas historias seguirán siendo necesarias, para enseñar a las nuevas generaciones, lo que padecieron nuestros antepasados. Que aprendan a valorar el camino recorrido, la lucha constante y la necesidad de mantener la fuerza y la constancia en esa lucha por los derechos de igualdad y respeto para con nuestra comunidad.
Dicho esto, espero que te animes a conocer esta historia de amor compleja y dura. No te arrepentirás. ¡Nos vemos la semana que viene!


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