Quédate a mi lado (2022)
Dirección: Michael Showalter
Reparto: Jim Parsons, Ben Aldridge, Sally Field, Bill Irwin, Josh Pais, Allegra Heart, Jeffery Self, Tara Summers, Nikki M. James, Sadie Scott, Jason Gotay, Antoni Porowski
SINOPSIS
Película biográfica que nos cuenta la historia de amor entre el periodista Michael Ausiello y el fotógrafo Kit Cowan, durante todos los años que permanecieron juntos hasta el fallecimiento de Cowan a causa de un cáncer terminal. La relación de Kit con sus padres, la inclusión del solitario Michael en la familia de su esposo y la determinación de este último ante su inesperado final.
OPINIÓN PERSONAL DE «QUÉDATE A MI LADO»
A soltar unas cuantas lágrimas se ha dicho… Y es que la película de la que te voy a hablar hoy es lo que ha conseguido. Pero no solo por la historia en sí, que se presta a ello por la temática que ofrece; ni tampoco por las interpretaciones de las que hablaré más adelante. Incluso obviando la fantástica dirección de Showalter. Si hay algo que posee esta historia biográfica de Michael Ausiello y Kit Cowan, es precisamente eso; que es una historia real.
Obviamente, la sinopsis nos deja bien claro lo que vamos a ver, puesto que ya su título original nos desvela que lo que se avecina es una historia triste. “Spoiler Alert” es su título original, aunque aquí en España volvemos a hacer de las nuestras y la titulamos exactamente igual que una película de temática muy similar de finales de los noventa. Así somos. Pero es que el libro en el que se basa este film, nos lo deja más claro aún. “Spoiler Alert: The hero dies”. Con lo que ya uno se sienta a sabiendas de que lo que va a ver, no va a ser una comedia ligera.

Y aunque el final ya se conoce desde el principio, lo que realmente toca el alma es el recorrido de los personajes desde el momento en que se conocen hasta el desenlace. Una vida en pareja real, con sus altos y sus bajos, con sus miedos, sus dudas. Su todo. Lo bueno y lo malo. Y la lucha ante la adversidad. La aceptación del destino. Y la superación del dolor.
Por supuesto, como historia dramática funciona a la perfección, puesto que no es la primera (ni será la última) película que nos muestra la dureza de la pérdida de un ser querido. Es una trama infinitamente usada (Magnolias de acero, Love Story, Quédate a mi lado, de Julia Roberts y Susan Sarandon y con el mismo nombre que la que nos ocupa), pero que aquí se centra en una historia homosexual. Ya sabrás que no me gusta etiquetar si el film es LGTBI o no, pero me resulta muy interesante hacer las reseñas sobre todas estas nuevas producciones que ofrecen esta visión con la mayor naturalidad posible. Que claramente es como debe ser. Y si bien es cierto, que existen películas del mismo estilo (Compañeros inseparables, It’s my party, It’s a sin…) todas ellas tratan el tema del VIH, como si los gays estuvieran destinados a esa muerte. Y por eso esta me ha resultado mucho más cercana. La enfermedad más mortífera (al menos para mí) y de la que parecen querer tardar demasiado en encontrar la cura (también es mi opinión personal), arrasa con cualquier ser humano, ya sea hombre, mujer, niño, gay o hetero. No entiende de géneros, de sexos, de edad o raza. Y eso la hace tan cruelmente despiadada.

La idea de conectar con la infancia de Michael como si fuera una sitcom típica americana me ha parecido muy acertada, puesto que esa falsa apariencia de felicidad es lo que Michael ha vivido y lo que añora. Las referencias navideñas me han estremecido el corazón, puesto que yo soy un amante de la Navidad. Y ese guiño al paso del tiempo me ha encantado a la par que me ha destrozado. La escena de la mesa del restaurante y la cámara de fotos es la que más me ha dolido, por su crudeza y la increíble interpretación de ambos actores. Y contrarresta con la sonrisa que me produjo la escena de los pitufos, a los que adoro desde mi niñez.
Las interpretaciones de Jim Parsons y Ben Aldridge fluyen con naturalidad durante todo el metraje. Si bien es cierto que la sombra de Sheldon Cooper es demasiado alargada, parece que se va difuminando poco a poco. Ya me ocurrió lo mismo con “Los chicos de la banda” y la dificultad que me supuso desvincular sus gestos, su voz y sus movimientos del personaje que lo catapultó a la fama. Aun así, a mí me ha convencido la relación de ambos, así como la magnífica Sally Field, que es un dulce haga lo que haga.
Así que si te apetece pasar un rato pelín lacrimógeno, pero bien filmado y dignamente interpretado, te recomiendo esta hermosa historia de amor.
¡Nos vemos la semana que viene!
¿Conocías esta historia? ¿Me recomiendas alguna película de este tipo?


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