¡Hola de nuevo querid@ visitante y bienvenid@ a mi universo particular!
Hoy quiero hablarte sobre uno de los momentos más embarazosos para la gran mayoría de los que nos dedicamos a este gremio: el CASTING. Ese momento tan delicado en el que abrimos nuestro ser para tratar de ofrecer en un corto espacio de tiempo todo nuestro buen hacer, nuestra experiencia y nuestras ganas de participar en el proyecto en cuestión. Parece fácil a primera vista, y con toda seguridad, la gran mayoría que nunca ha realizado uno opinará que es algo sencillo, e incluso una tontería más. No es nada fácil; el hecho de dedicarse a la interpretación no implica que vivamos en un eterno batiburrillo de personajes preparados para salir a la palestra cuando alguien nos lo pida (y no, no nos gusta que nos pidan que interpretemos algún papel en medio de una reunión familiar o una fiesta de amigos). Todo ese proceso necesita un trabajo oculto que muy pocos conocen y que es más duro de lo que muchos piensan.
Por supuesto, haberlos haylos (eso no se puede negar) que no le temen a este trámite e incluso se crecen ante la situación. Pero seamos realistas, son los menos. Y tampoco esa determinación y soltura ante este tipo de pruebas garantiza que el trabajo sea para ellos. Por eso no debes creer que por el hecho de que tu antecesor/a haya brillado dando todo de sí con desparpajo y caradura, tú has perdido tu oportunidad. Ni mucho menos.
Si hay algo que debes tener en cuenta, es que, si has dado el primer paso apuntándote a la prueba a la que aspiras, es porque crees en ti y en lo que puedes ofrecer (yo nunca me presentaría a un casting de guardia de discoteca, porque mi perfil no se adecua a lo que buscan). Así que el primer paso está superado. Lo peliagudo se acerca en el momento en que hay que apostarse frente a tus futuros “jefes” y enseñarles lo que sabes hacer. Es en ese momento donde todos nuestros miedos salen a flote.
Los entrevistadores (directores, agentes de casting, lo mismo da) suponen un alto hándicap a escalar; como decían las abuelas, te encontrarás de todo como en botica. Podría afirmar casi a ciencia cierta que la gran mayoría de entrevistadores tienen una idea clara y preconcebida de lo que buscan (no todos, hablo de la generalidad). Por lo tanto, si pasas la primera criba, que a día de hoy se suele hacer vía online (lo cual ahorra tiempo a la empresa y nervios al actor/actriz), es porque te acercas a lo que ellos han imaginado en su cabeza. Ante ellos te sentirás desnud@, indefens@ y puede ser que te echen un cable para que te sientas más cómodo… O no, te soy sincero. Y aquí viene la frase “hay de todo como en botica”. Por lo que debes estar preparado para cualquier cosa y eso no es fácil. Habrá quien sonría al verte, disfrute de tu prueba, otros que solo escuchen o ni te miren. Pero es que al final, todo se reduce a esa chispa que salta cuando algo conecta. Si realmente no sientes esa chispa, puede ser que no sea tu momento. Pero tampoco importa, hay tantos castings al día que aburrirte no te aburrirás.
Otro de las piedras que pueden hacerte tropezar y no querer volver a levantarte (y desgraciadamente pasa muy a menudo), es la temida palabra NO. Una palabra que hemos oído desde pequeños, y que siempre asociamos a algo negativo. Simplemente hay que aprender a darle la vuelta a la tortilla y convertir algo que tenemos grabado a fuego como malo… en bueno. Puede entristecerte, lo cual es lógico, a nadie le gusta que le digan que no sirve para esto o para lo otro, e incluso que su trabajo no está del todo bien… Pero debes aprender a aceptar el NO como antesala a ese SI que será el que esté destinado para ti. Alguien muy cercano me dijo hace muchísimos años una frase que se ha convertido en un lema en mi vida.
NO ESTARÍA PARA TÍ
Y es totalmente cierto. Cuando algo no está destinado para ti, algo en el universo hará que no lo consigas (no, no me he puesto trascendental, resulta difícil de explicar) El momento de cada uno llega cuando sabes esperar a que sea tu turno, sin prisas, sin atropellos, sin malas decisiones.
Está claro que yo no seré uno de los que más castings ha hecho a lo largo de su carrera, pero sí he recibido muchos noes y también muchos síes. Y ahí está el equilibrio. Aunque sean más las negativas, las positivas resultan tan gratificantes que nublan todos aquellos rechazos anteriores; porque para los posteriores ya vendrá otro rotundo SI.
Por lo tanto, dejando a un lado los nervios que son nuestra mochila, solo debes dejarte llevar por la emoción, mostrar tu mejor sonrisa y darlo todo. No es fácil, pero si crees en ti, ese casting en el que eres exactamente lo que están buscando, te estará esperando tras todas esas puertas que se te cerraron anteriormente y de las que ya ni te acordarás.
Así que no dejes de soñar y de luchar por conseguir tus objetivos… ¡Porque nunca sabes cuándo te puede tocar a ti! ¡¡¡Nos vemos pronto!!
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