CREANDO PERSONAJES SOBRE EL ESCENARIO

Creando personajes de Alexander J. Cox

Porque actuar esconde muchos matices desconocidos…

¡Ya queda menos para despedir este año tan inusual y extraño!

Y lo cierto es que apetece decirle adiós; tratar de dejar atrás este cambio en nuestras costumbres, en nuestro día a día. Reorganizar nuestra vida en función a unas nuevas directrices, redirigidos hacia una diferente y extraña normalidad.

Analizando todo lo que ha rodeado nuestra vida estos últimos meses, se me ha ocurrido escribir acerca de algo que quizá desconozcas. Es probable que nunca te hayas parado a pensar en ello cuando estás sentado en la butaca del teatro o del cine, incluso en el sofá con unas palomitas y una manta que te preserva del frío exterior. En este artículo te voy a explicar algo que muchas veces me han preguntado y siempre trato de explicar lo más claramente posible: como creamos los personajes que interpretamos en teatro, cine o televisión.

Obviamente, yo me centraré más en mi experiencia teatral, puesto que tampoco tengo grandes nociones en cine o tv, aunque entiendo que no distará mucho. Actuar no es darle a un clic en el cerebro y comenzar. Sobre todo, cuando te dicen que si eres actor, que les interpretes algo, a ver qué tal… No es tan fácil (al menos para mí) si quieres hacerlo bien.

Cada personaje que interpretamos, se convierte en un ser de carne y hueso en el momento que decidimos aceptar el reto de llevarlo a escena. Antes solo era unas líneas en un papel, un esbozo de ser humano, un protagonista de una historia contada, pero nosotros le insuflamos vida para que el público descubra a esas líneas convertidas en seres vivos. Cada personaje tiene una historia (debe tenerla) y eso no implica que el propio autor de la obra nos explique cuál fue su pasado y qué le ocurrió antes de llegar a la primera página del libreto teatral. No es estrictamente necesario que el autor nos ofrezca esa información. Pero nosotros, como actores, debemos crearla. En base a la historia que vamos a representar, tenemos que erigir nuestro personaje desde los cimientos. No solo su aspecto físico (que creamos a partir de trabajos posteriores) sino su aspecto interior.

Existen muchísimas variantes a la hora de crear tu propio personaje. En realidad, son una batería de preguntas que van delimitando todas las aristas de tu personaje. Tú mismo te las puedes inventar, cuantas más, mejor. Desde datos acerca de su infancia, familia, estudios, etc… Hasta aspectos mucho más personales, como creencias teológicas, políticas, morales, e incluso sexuales. A lo mejor estás sonriendo, pensando que para qué hace falta todo eso para subirse a un escenario y decir unas cuantas frases. Sencillo. Si el personaje que interpretas no tiene vida, tú no se la vas a poder dar, por muy bien que te aprendas el texto y conozcas tus movimientos en escena.

De la misma forma que nuestras acciones en la vida vienen determinadas por una serie de vivencias personales, las cuales nos han formado moral y sentimentalmente, el personaje también lo necesita. Si tu personaje llora, no solo es porque el autor acota que debe llorar. Debes preguntarte ¿por qué llora, si es una mujer fuerte? Quizá es fuerte frente a la vida, pero la situación que está viviendo remueve recuerdos de eventos pasados que no logró superar… Es solo un ejemplo, de cómo todo lo que el personaje haga debe tener un sentido, y para eso debes darle un trasfondo. ¿Supone inventárselo? Pues sí, en algunos aspectos sí. Porque no puedes saber quién fue la primera novia, o el primer beso de tu personaje, pero sí sabes que es un personaje enamoradizo; si en la pieza teatral sufre por amor, puedes imaginar que su primer amor fue triste e inolvidable. Así cada vez que sufra en escena, tu mente recordará su pasado atormentado por el amor desde su adolescencia. Como digo, esto son solo ejemplos que demuestran que cuanto más rico sea tu personaje para ti (nadie conocerá todos esos datos que te has inventado) y mucho más enriquecedor para la obra y para el público.

El personaje no caminará como tú (eso no implica que deba cojear, dar saltitos o mover las caderas exageradamente) y es algo que se debe trabajar. Su personalidad hará que la actitud presencial ante el resto de personajes sea diferente a la tuya. Porque no hay nada más frustrante para un actor que le digan que le han visto en escena porque tal o cual gesto es muy peculiar en su día a día. La idea es que el personaje que aparece en escena no seas tú, no tenga nada que el espectador pueda hilar con tu “yo” real. No te sentarás igual, no beberás igual, no reirás igual. Y no significa hacer una pantomima del personaje. Son pequeños detalles los que marcan la diferencia entre fantasía y realidad.

Así que para terminar, cada personaje es único e inimitable. Nunca habrá dos Julietas iguales, ni dos Tenorios clonados. Ahí aparece latente el arte de los actores/actrices.

Espero que te haya parecido interesante este viaje a través de uno de los muchos trabajos del actor/actriz antes de enfrentarse a mostrar su trabajo al público. No olvides darle a “me gusta”, comparte el artículo y comenta lo que quieras… Estaré encantado de conocer tu opinión. ¿Habías pensado en ese trabajo que realizan los actores?

¡NOS VEMOS EN EL 2021!


NO FUE UN SUICIDIO SI AÚN ESTÁS AQUÍ

La segunda parte de «Suicidio del 97» ya está aquí…

¡Bienvenido de nuevo tras el parón veraniego!

Cierto es, que este descanso de la web no iba destinado a disfrutar de los rayos de sol y del ocio al que este clima nos invita. Con la situación actual, el paréntesis ha sido más bien a nivel  neuronal; es decir, el calor me frena la creatividad… Y aún nos quedan días de buen tiempo, pero las noches que refrescan cada vez más, aunque sea poco a poco, también activan las ganas de escribir.

Y precisamente de eso trata este primer post tras el verano. De la escritura, y de mi nueva novela “No fue un suicidio si aún estás aquí”. Me alegra poder retomar el trabajo en mi web con el anuncio de la publicación de mi segundo libro, que supone la segunda parte de la historia que comencé el año pasado con “Suicidio del 97”. Y qué necesitas saber de “Suicidio del 97” para continuar la historia… Sencillo, deberías haberlo leído ya ;D. Al final del post te dejo el enlace para la compra de ambos libros. Recuerda que siempre te llegarán dedicados por el que suscribe al adquirirlos en mi web.

La pequeña ciudad de Danford abre de nuevo sus puertas, para sumergir al lector en nuevas tramas, intrigas, sueños rotos, amor y traición… Si sueles seguir mis RRSS (@suicidiodel97 por ejemplo), conocerás cuando se desarrolla esta segunda parte. Pero si no sueles bichear mucho, te contaré que “No fue un suicidio si aún estás aquí” transcurre en el año 2007; es decir, diez años después de los sucesos acaecidos en la primera parte. Una década en la que la vida de los protagonistas ha evolucionado, transformando a aquellos adolescentes en jovenes con vidas más o menos definidas. Diez años dan para mucho, es cierto, pero la idea de continuar la historia con el conocido “día después”, era algo que no me satisfacía en demasía. La historia que se desarrollaba en “Suicidio del 97” tenía principio y final (más o menos abierto, pero una salida y una meta a la que llegar) y no necesitaba continuar relatando el día posterior a los sucesos de aquel invierno de 1997.

Como escritor, me resultaba más interesante situar la nueva acción diez años después de aquel último día en Danford. Los adolescentes ya han madurado, han encauzado sus vidas y acarrean sus errores del pasado, mezclándolos con su día a día en 2007.

Para ti, que ya leíste la primera parte, sin hacer los conocidos spoilers que tanto odio, te informo que muchos personajes a los que amaste u odiaste en “Suicidio del 97” volverán a abrirse ante ti, mostrándote cómo les ha tratado la vida durante tu ausencia. Daniel, Sarah o Kelly por nombra algunos, sumados a nuevos habitantes que han entrelazado sus vidas con ellos, formarán una nueva tela de araña llena de mentiras, odios, pasiones y lágrimas. Esa misma tela de araña que tanto disfrutaste en la primera parte, prometo que volverá a engancharte de una forma más brutal y desgarradora. Porque Danford no ha cambiado. Pero sus habitantes sí. Y te aseguro que si tu primera visita no fue agradable (como rezaba la publicidad), esta segunda se convertirá en un verdadero infierno.

Espero que la disfrutes por lo menos, la mitad de lo que he disfrutado yo escribiéndola para ti.

¡¡HASTA LA PRÓXIMA!!

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Suicidio del 97

HOY TE DIGO ADIÓS

La dureza de los cambios

Hoy mis labios pronuncian esa palabra que delimita el fin de lo conocido. Adiós. Hoy vuelvo a sentarme ante el teclado, observando una página en blanco. Y hoy vuelvo a escribir. Empiezo a ser consciente de cómo ha cambiado todo. De repente, sin derecho a réplica. Es gracioso pensar en lo fácil que resulta nuestro día a día cuando la costumbre y el hastío conviven en nuestro interior. Levantarse, mojar unas galletas en el café y salir de casa para enfrentarse a la rutina de un trabajo que hace demasiado que dejó de importarnos lo suficiente como para disfrutar de él. Pero que, casualmente, paga las facturas. Y da de comer. Y permite sobrevivir en la vorágine que es la vida. Cuando te encuentras en esa rueda de hámster, sabes que tienes que seguir girando sin parar; aunque no llegues a ninguna parte, aunque sigas en el mismo sitio. Porque estás estancado y aun sabiéndolo, te quedas ahí. Girando sin parar. Porque así es la vida; o al menos lo que creemos que es la vida. Y somos felices.

Hasta que llega un día en el que te dicen que pares. Que la rueda deje de girar. Que tú no puedes estar girando sin parar, porque no lo vas a soportar; tu cuerpo no lo va a soportar. Y te obligan a parar, aunque tú quieras seguir intentándolo con todas tus fuerzas. A pesar del dolor, de lo que pueda pasarte, tratas de empujarte con las manos, clavando las uñas en aquella rueda e intentando parecer capaz. Pero no lo eres. Ya no. No puedes seguir girando, y las lágrimas de impotencia nublan tu vista, porque por más que grites que quieres seguir en toda aquella rutina dolorosa, sabes que no vas a ser capaz. Y duele. Porque aunque la conciencia agradezca esa invitación a abandonar el barco, el corazón se rompe en pedazos cuando eres consciente de que te vas a hundir y el barco seguirá a flote.

Confusión. Miedo nunca. Nada más. Sencillamente se cierra una puerta y se abre otra. Porque la vida aprieta, pero no ahoga. Reinventarse en estos tiempos es algo que está a la orden del día. No seré el primero ni el último. Solo es cuestión de organizarse; de recolocar las piezas del puzle para que muestren otra escena, otra imagen. Un nuevo camino. Poco a poco, queda mucha vida por delante. Sin prisa pero sin pausa, como suelen decir.

Cierro esta etapa, al menos por ahora, tras más de una década al pie del cañón. Sonriendo, mordiéndome la lengua, preocupándome, enfadándome, sintiéndome parte de algo grande. Algo que ya no existe; algo que se desvaneció hace tanto tiempo como aquella ilusión con la que todo se levantó. Todos lo sabíamos, pero era más grande la unión que la verdad. Remábamos sin descanso, siempre contra marea. Y siempre juntos. Eso sí que lo voy a echar de menos. Cada mirada confidente, cada sonrisa maliciosa, cada risa llena de veracidad. Todo lo que construimos nosotros. Entre nosotros. Todo lo demás no deja de ser más de lo mismo. Mismo perro con diferente collar. Pero tampoco tiene nada de malo, así es la vida. Así es el mundo y así nos hemos acostumbrado a vivirlo. Y nos parece bien; o al menos, nos paga las facturas.

Mirar hacia atrás no es una opción que me guste; ni siquiera que me apetezca. Pero he de hacerlo para saber que realmente lo he dejado atrás, que ya no formo parte de todo aquello. Que lo que dejo es un cúmulo de recuerdos, de anécdotas, de vivencias… Y que nunca van a desaparecer, al menos dentro de mí seguirán latentes durante mucho tiempo. A todos y a cada uno de los que viajaron conmigo, los que se apearon antes que yo, a los que invitaron a abandonar aquel tren, y sobre todo a los que siguen de viaje… A todos los que en mayor o menor medida formaron parte de mi maravilloso viaje que ahora llega a su fin, solo puedo dedicarles un inmenso gracias por todo lo vivido, por todo lo aprendido. Un gracias por enseñarme a disfrutar de la vida, por hacerme reír y por hacerme llorar. Por hacerme formar parte de otras vidas y por poder dejar mi huella en algunos corazones.

Ahora, el presente aparece difuso, turbio, nublado… Sé que es cuestión de tiempo, que día tras día, toda esa confusión irá desapareciendo, dando paso a nuevas oportunidades, nuevos cambios, una nueva vida. O al menos diferente a la anterior, distinta a la que conocía y a la que me había acostumbrado. Porque me pagaba las facturas. Como a todos.

Pero la sonrisa no es algo que desaparezca tan fácilmente, y la mía seguirá durante mucho tiempo adornando mi rostro, formando parte de todo lo que está por venir. Que va a ser grande e inolvidable. Como todo lo que he vivido hasta ahora. Incluso mejor.

¡¡NOS VEMOS EN SEPTIEMBRE!!


AUTOPUBLICACIÓN ¿SI O NO?

¿Conoces éste sistema de publicación?

Hoy quiero hablarte acerca de la decisión de publicar un libro o no hacerlo. He pensado que puesto que la segunda parte de mi trilogía ya está terminada y en breve comienzo la andadura de la publicación, es un buen momento para recordar como conocí ésta opción de publicación. Pues la decisión se basa en un paso que tiene dos caminos super simples. O si, o no.

Me han preguntado sobre los pros y contras acerca de embarcarse en un proyecto que (en mayor o menor grado) supone un desembolso económico y por consiguiente puede ser un éxito o un fiasco.

Supongo que habrá quien no entienda mucho acerca del tema de la publicación de un libro (yo tampoco sabía mucho, y tampoco me considero un experto) así que a grandes rasgos y para que sea fácil de entender, lo podría resumir de la siguiente manera:

Una editorial al uso (las que conocemos de toda la vida, no hagamos publicidad gratuita 😀 escoge a sus autores, que normalmente tienen un bagaje editorial constatable para publicar sus obras. Estas editoriales lanzan “tiradas” de sus novelas, las cuales distribuyen por todos los comercios destinados a ello (todos los libros que veis en los escaparates, centros comerciales, librerías, etc.) Al tratarse de autores conocidos o nuevos autores con alguna novela que ha tenido mucho éxito, estas editoriales saben que los ejemplares que imprimen y distribuyen, están prácticamente vendidos (puesto que son lecturas demandadas por los usuarios) por lo que su nivel de pérdida es mínimo.

¿Qué ocurre entonces con los autores noveles? Pues que las editoriales no quieren arriesgarse ante novelas que pueden ser un fracaso comercial. Entendible a nivel empresarial, pero frustrante a nivel escritor…

Las editoriales de auto publicación han surgido por esta situación. Por supuesto, todo lo que escribiré a continuación, es directamente reseñable a Letrame Editorial que ha publicado mi libro y se encargará del segundo, puesto que no voy a hablar de editoriales que no conozco. Ni para bien, ni para mal. La demanda de escritores que quieren ver sus libros publicados, pero no tienen el apoyo de grandes editoriales, generó que pequeñas editoriales empezaran a preocuparse por todos esos escritos que estaban deseando ver la luz.

El primer paso para poder publicar el libro, es el filtro más importante. Tras enviar un fragmento de tu libro, el departamento de calidad determina si el texto posee la calidad necesaria para ser publicado (ellos también deben mantener su estándar de calidad ante lo que publican, no son una imprenta). Tras cruzar ese filtro, se pone en marcha todo el proceso para llegar a publicar tu libro.

Un departamento de corrección exhaustivo, trabajado al detalle, te envía información acerca de todos los cambios que creen necesarios para la correcta edición del libro. Tú siempre serás quien tiene la última palabra. Puede que haya cambios que no quieras aceptar y ellos lo respetan. Pero ¿qué implica eso? Que, si el libro tiene una crítica negativa con respecto a la corrección, eres tú el responsable, puesto que no has querido aceptar los cambios que ellos te aconsejan. Por lo que sus correcciones, siempre deberían ser tomadas en cuenta (aunque habrá autores que no quieran, que, para gustos, colores)

Tras la corrección y tu aprobación, comienza la maquetación y la edición de la portada. Al igual que en la corrección, en estos pasos, siempre eres tú quien decide lo que le gusta y lo que no. Tú eliges el diseño de la portada, el diseño de la maquetación (como se verá impreso en formato libro, por si alguien no conoce lo que es la maquetación). Vamos, que tú haces y deshaces según tu gusto. Lo cual es un placer, porque es tu “pequeño” y ellos quieren que todo sea como tú quieres.

La sinopsis, la biografía, la nota de prensa… Todo lo decides tú. Es tu creación. Ellos simplemente te dan los medios para conseguir que la lleves a cabo. Puedes elegir la cantidad de libros que quieres imprimir y aquí es donde muchos entran en pánico. Tú debes pagar el trabajo que hacen para ti y la impresión de tu libro. Tienen diferentes opciones de impresión y así lo reflejan en su página. Dependiendo de las unidades impresas, obtienes diferentes beneficios extra (corrección, maquetación y diseño siempre) En cuanto a extras, hablo de marca páginas, libretas, libros de tapa dura, soportes publicitarios, etc…

Te ofrecen una entrevista en directo en su página de Facebook para hablar de tu libro e interactuar con los internautas que quieran preguntarte. Hacen videobooks, documentales, te ayudan con la presentación de tu libro… Vamos, una gran ayuda en todos los sentidos. Siempre tendrás a alguien vía mail que solvente tus dudas.

Pero lo más importante de ésta opción, es que nunca hay que olvidar que es una auto publicación. Es decir, ellos te ayudan, pero NO tienen la obligación de vender tus libros. Ese trabajo es tuyo. Sólo tuyo.

La respuesta desde mi humilde opinión sobre si merece la pena, es que . Siempre será un éxito. ¿Y por qué pienso así? Muy fácil. Puedes pedir cincuenta unidades o quinientas, eso lo decides tú. Pagarás lo que pidas. Sus precios son claros y sabes lo que vas a arriesgar.

La sensación de ver tu escrito impreso en un libro, os digo que no tiene explicación. Los amantes de la lectura, saben lo que se siente al tener en las manos un libro que estabas deseando que te regalaran, o una novela que esperabas como agua de mayo a que saliera a la venta. Pues simplemente hay que extrapolar eso, a la sensación de que ese libro, está escrito por ti.

ESE ES EL ÉXITO

Al final, importa poco si vendes diez o cien (mejor mil, pero la moraleja no va por ahí). Lo que importa es que tu sueño ya es tangible. Está entre tus manos y se queda aquí para siempre, como El Quijote o Romeo y Julieta. Poco importa que sea más o menos transcendental que La Ilíada de Homero. Está impreso y eso es lo importante. Por lo que, desde mi punto de vista, es el dinero que mejor he invertido.

Pues a partir de ahora, comienzo el camino de nuevo, ésta vez para publicar la segunda parte de «Suicidio del 97», esperando que tenga, como mínimo, el mismo éxito que ha tenido la primera parte.

¿Ya lo has leído? Deja tus comentarios y opiniones más abajo!!

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NUEVO AÑO, NUEVOS PROYECTOS (porque cada momento siempre llega)

Alexander J. Cox

¡Feliz año que nos envuelve querid@ visitante y bienvenid@ a mi universo particular!

Aquí estoy de nuevo, para seguir “creciendo” dentro de mi web. Antes de entrar en materia acerca del post de hoy (el primero de este nuevo año 2020), me parece interesante explicarte este pequeño parón “navideño”. La razón principal, como la mayoría de los mortales está clara: adoro la navidad y todo lo que la envuelve. Me apasiona disfrutar cada momento de una de las fiestas más especiales del año. Familia y amigos con los que atesorar bellos momentos rodeados de luces, colores y sueños.

Pero, haciendo balance del año que nos abandonó, debo reconocer que necesitaba un descanso meramente psicológico; una parada para analizar con distancia todo lo que me ha ocurrido en un año lleno de acontecimientos totalmente antagónicos.

Como los más allegados ya saben, un problema de salud me mantiene fuera de mi rutina diaria de vendedor desde hace más de un año. Lejos de abandonarme a la desesperación y el hastío (soluciones más rápidas y fáciles para el ser humano), decidí aprovechar este momento sabático y convertirlo en un tiempo de reflexión, acción y reacción. Y he de confesarte que ha dado resultados muy satisfactorios.

Mi peor momento físico, se ha convertido en mi mejor momento psicológico. Abierto a crear, indagar en mi pasión, tratar de conseguir lo que durante años estaba aletargado en una esquina de mi mente y mi corazón. Arte.

La publicación de mi libro “Suicidio del 97” ha sido uno de los regalos más importantes que me ha dado este añejo 2019. Una novela que jamás imaginé vería la luz, ha cautivado a muchos lectores y eso es un lujo del que no todo el mundo puede presumir. ¿No lo has leído aun? Pues date prisa, porque la segunda parte está cerca, más cerca de lo que imaginas y no me gustaría que se te acumulase el trabajo…

Y aquí aparece otra razón por la que este año me ha llenado de satisfacción; la trilogía tomó forma con el comienzo de la segunda parte de “Suicidio del 97”, mostrando cómo ha cambiado la vida de los habitantes de Danford después de diez años. Una nueva novela llena de sorpresas y giros inesperados que espero que haga las delicias de los que disfrutaron con la primera parte. Ultimando las correcciones antes de meterla en el horno, esta novela estará pronto al alcance de todos los que quieran viajar de nuevo a Danford.

He de confesarte que entre una novela y otra, me fui de Danford para dar forma a una obra teatral que tenía en la cabeza desde hacía tiempo. “Cinco horas y cuarto con mi marío” es una realidad y seguramente antes de lo que espero la representaré encima de un escenario. Porque para eso la he escrito; para mí. Y puede sonarte como un ejercicio de egocentrismo, pero no lo es. Es la oportunidad de volver a las tablas en las que soy feliz. Pero antes de todo esto, debo confesarte que no he parado de “disfrutar” de mi ausencia. La Escuela de Arte Dramático de Málaga, me ha dado la oportunidad de desempolvar todo lo que me hace soñar. Participar en una práctica del ultimo curso de dirección de uno de sus alumnos, me hace sumergirme en “La fundación” de Buero Vallejo; y como todo lo bueno atrae lo similar, me ha dominado un “Un dios salvaje” de Yasmina Reza, mientras “Amadeus” y su Conde Von Strack se volvían locos por salir a escena.

La página web en la que navegas también nació durante el año que se apagó hace casi un mes. Mucho trabajo tras esta carta de presentación, donde te muestro todo lo que soy y lo que soy capaz de ofrecer.

Y como indagar es como el rascar, otra de mis grandes pasiones, la fotografía, también tiene un hueco en mi agenda. Los diseñadores Joseph Daniel, Susana Zamora y Kurro Castilla confiaron en mí para mostrar sus maravillosos diseños a través de mi lente. Y creo que todos quedaron satisfechos con mi trabajo, cosa que me enorgullece. Si quieres ver algunas muestras de aquel shooting, puedes verlas pinchando AQUÍ. Los artículos del blog sobre cine, moda, teatro, etc… estaban disponibles miércoles y domingos; este año que entra solo publicaré los domingos. Siempre un artículo nuevo, aunque puede ser que haya ocasiones especiales en las que veas algún artículo extra.

Por todo esto y lo que me callo, necesitaba parar. Tomar impulso para todo lo que se avecina, que no es poco. Ver con perspectiva la forma en la que mi vida ha ido transformándose, reinventándose y tomar conciencia de lo que realmente anhelo en mi vida. He retomado el camino del que me desvié hace tiempo, y eso me encanta.

Y espero que disfrutes cada paso que de, cada sueño que cumpla, cada día que disfrute al máximo.

¡Hasta la próxima!

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UN VIAJE A DANFORD

Suicidio del 97 Alexander J Cox

¡Hola de nuevo querido visitante!

Espero que hayas pasado un estupendo fin de semana… Ya entramos en la época navideña y el año va llegando a su fin!! Y hoy te voy a hablar de Danford, la ciudad en la que se desarrolla mi novela. A colación del clima que ya nos comienza a envolver, «Suicidio del 97» se desarrolla en un duro invierno. Sí que es cierto, que como en muchos inviernos, hay mañanas soleadas, que auguran el comienzo de un gran día… Pero nada más lejos de la realidad. La tormenta presagiará malos momentos, que son los que rigen la historia.

Pero centrémonos en Danford. Mi ciudad no existe. Nunca ha existido. ¿De dónde me vino este nombre? No podría decirlo con exactitud. Como ya comenté en uno de mis primeros posts, la novela se cocinó hace veinte años, con lo que internet no era lo que es a día de hoy. Cuando la novela llegó a su fin, decidí preguntar por “Danford” a un buscador, para ver de dónde había podido surgir ese nombre. Solo un colegio mayor apareció en internet “Danford College”. Y puedo asegurar que no me sonaba de nada…

Y seguramente te preguntarás… ¿Dónde se sitúa Danford? Realmente no tiene una ubicación específica, nunca la tuvo. Y, de hecho, el texto no aporta datos acerca de su situación geográfica. Podría estar en Noruega, Nueva Zelanda, Estados Unidos o Italia. Puedes situarla donde tu imaginación la ubique; puesto que uno de los puntos clave de “Suicidio del 97”, es que podría pasar en cualquier lugar del planeta. Las situaciones podrían pasarle a cualquiera. Y eso es lo interesante de leer una novela como la mía. Con mi historia, no te obligo a que te imagines una campiña francesa o un entorno italiano. Tú vas a imaginarte Danford donde tú quieras.

Danford es una pequeña ciudad y lo único que sabrás de ella es que está junto al mar. Tiene pequeñas casas unifamiliares, algún bloque de poca altura y mucho verde. Tiene parques, muchos árboles y hasta un bosque. Un pequeño cine, lo suficientemente grande para albergar a sus habitantes. No hay centros comerciales, no hacen falta. Los Almacenes Meca’s son lo suficientemente grandes como para abastecer las necesidades de todos.  Pertenecen a los Pratt desde hace más de cuatro décadas y sigue funcionando a la perfección. Danford tiene todo lo que una pequeña ciudad puede necesitar: su hospital, el instituto, la iglesia, el ayuntamiento, el banco, un par de farmacias, peluquería, papelería, un par de pequeños hotelitos de principios del siglo pasado e incluso una tienda de mascotas, donde los animales de la ciudad tienen su pequeño “spa” particular. El cementerio se encuentra casi a las afueras, pasada la empresa Devon, encargada de todas las construcciones de la ciudad. Incluso tienen su propio abastecimiento de alimentos gracias a Heller´s Magic, propiedad también de tres habitantes de Danford.

Las calles siempre están limpias, las farolas alumbran cada noche las calles de la ciudad. Los bancos mantienen su pintura intacta. Pese a lo que pueda parecer, Danford es una ciudad extremadamente cívica. Al menos, en cuanto al aspecto de su entorno.

Lo que ocurre de puertas para adentro… tendrás que descubrirlo.

Hasta la próxima lector!!!

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