CREANDO PERSONAJES SOBRE EL ESCENARIO

Creando personajes de Alexander J. Cox

Porque actuar esconde muchos matices desconocidos…

¡Ya queda menos para despedir este año tan inusual y extraño!

Y lo cierto es que apetece decirle adiós; tratar de dejar atrás este cambio en nuestras costumbres, en nuestro día a día. Reorganizar nuestra vida en función a unas nuevas directrices, redirigidos hacia una diferente y extraña normalidad.

Analizando todo lo que ha rodeado nuestra vida estos últimos meses, se me ha ocurrido escribir acerca de algo que quizá desconozcas. Es probable que nunca te hayas parado a pensar en ello cuando estás sentado en la butaca del teatro o del cine, incluso en el sofá con unas palomitas y una manta que te preserva del frío exterior. En este artículo te voy a explicar algo que muchas veces me han preguntado y siempre trato de explicar lo más claramente posible: como creamos los personajes que interpretamos en teatro, cine o televisión.

Obviamente, yo me centraré más en mi experiencia teatral, puesto que tampoco tengo grandes nociones en cine o tv, aunque entiendo que no distará mucho. Actuar no es darle a un clic en el cerebro y comenzar. Sobre todo, cuando te dicen que si eres actor, que les interpretes algo, a ver qué tal… No es tan fácil (al menos para mí) si quieres hacerlo bien.

Cada personaje que interpretamos, se convierte en un ser de carne y hueso en el momento que decidimos aceptar el reto de llevarlo a escena. Antes solo era unas líneas en un papel, un esbozo de ser humano, un protagonista de una historia contada, pero nosotros le insuflamos vida para que el público descubra a esas líneas convertidas en seres vivos. Cada personaje tiene una historia (debe tenerla) y eso no implica que el propio autor de la obra nos explique cuál fue su pasado y qué le ocurrió antes de llegar a la primera página del libreto teatral. No es estrictamente necesario que el autor nos ofrezca esa información. Pero nosotros, como actores, debemos crearla. En base a la historia que vamos a representar, tenemos que erigir nuestro personaje desde los cimientos. No solo su aspecto físico (que creamos a partir de trabajos posteriores) sino su aspecto interior.

Existen muchísimas variantes a la hora de crear tu propio personaje. En realidad, son una batería de preguntas que van delimitando todas las aristas de tu personaje. Tú mismo te las puedes inventar, cuantas más, mejor. Desde datos acerca de su infancia, familia, estudios, etc… Hasta aspectos mucho más personales, como creencias teológicas, políticas, morales, e incluso sexuales. A lo mejor estás sonriendo, pensando que para qué hace falta todo eso para subirse a un escenario y decir unas cuantas frases. Sencillo. Si el personaje que interpretas no tiene vida, tú no se la vas a poder dar, por muy bien que te aprendas el texto y conozcas tus movimientos en escena.

De la misma forma que nuestras acciones en la vida vienen determinadas por una serie de vivencias personales, las cuales nos han formado moral y sentimentalmente, el personaje también lo necesita. Si tu personaje llora, no solo es porque el autor acota que debe llorar. Debes preguntarte ¿por qué llora, si es una mujer fuerte? Quizá es fuerte frente a la vida, pero la situación que está viviendo remueve recuerdos de eventos pasados que no logró superar… Es solo un ejemplo, de cómo todo lo que el personaje haga debe tener un sentido, y para eso debes darle un trasfondo. ¿Supone inventárselo? Pues sí, en algunos aspectos sí. Porque no puedes saber quién fue la primera novia, o el primer beso de tu personaje, pero sí sabes que es un personaje enamoradizo; si en la pieza teatral sufre por amor, puedes imaginar que su primer amor fue triste e inolvidable. Así cada vez que sufra en escena, tu mente recordará su pasado atormentado por el amor desde su adolescencia. Como digo, esto son solo ejemplos que demuestran que cuanto más rico sea tu personaje para ti (nadie conocerá todos esos datos que te has inventado) y mucho más enriquecedor para la obra y para el público.

El personaje no caminará como tú (eso no implica que deba cojear, dar saltitos o mover las caderas exageradamente) y es algo que se debe trabajar. Su personalidad hará que la actitud presencial ante el resto de personajes sea diferente a la tuya. Porque no hay nada más frustrante para un actor que le digan que le han visto en escena porque tal o cual gesto es muy peculiar en su día a día. La idea es que el personaje que aparece en escena no seas tú, no tenga nada que el espectador pueda hilar con tu “yo” real. No te sentarás igual, no beberás igual, no reirás igual. Y no significa hacer una pantomima del personaje. Son pequeños detalles los que marcan la diferencia entre fantasía y realidad.

Así que para terminar, cada personaje es único e inimitable. Nunca habrá dos Julietas iguales, ni dos Tenorios clonados. Ahí aparece latente el arte de los actores/actrices.

Espero que te haya parecido interesante este viaje a través de uno de los muchos trabajos del actor/actriz antes de enfrentarse a mostrar su trabajo al público. No olvides darle a “me gusta”, comparte el artículo y comenta lo que quieras… Estaré encantado de conocer tu opinión. ¿Habías pensado en ese trabajo que realizan los actores?

¡NOS VEMOS EN EL 2021!


JURASSIC WORLD (o vamos a liarla parda)

Jurassic World (2015)


Dirección: Colin Trevorrow

Reparto: Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Nick Robinson, Ty Simpkins, Irrfan Khan, Vincent D’Onofrio

SINOPSIS

Han pasado 22 años desde la fatídica visita a Jurassic Park, aquel parque de atracciones con dinosaurios creados a partir de ADN extraído del ámbar fosilizado, y que no resultó como su creador John Hammond esperaba. Tras diez años en funcionamiento, un nuevo parque mejorado se ha instalado en la misma isla, Nublar. Los beneficios son inmensos, pero la directiva continúa trabajando por mantener el interés de los clientes gracias a la creación de nuevos dinosaurios. Cuando un nuevo espécimen genéticamente modificado se escapa de sus instalaciones, el pánico vuelve a cundir, pero esta vez, en un parque abarrotado de visitantes.

OPINIÓN PERSONAL DE «JURASSIC WORLD»

Vuelvo al ataque con más dinosaurios, esta vez con la reinvención y continuación de la trilogía creada por Steven Spielberg a principios de los noventa. Tras tantos años de espera, la curiosidad recorría mi cuerpo por saber de qué manera volverían los dinos a nuestras vidas. Y mis expectativas se vieron superadas cuando el director me mostró el mismo parque en el que sufrieron Sam Neill y compañía reformado y en funcionamiento. Abarrotado de clientes, lleno de dinosaurios y a pleno rendimiento. Un sueño hecho realidad para un fan como yo…

Realmente no deja de ser la evolución lógica si querían continuar donde lo dejaron. El ser humano seguiría investigando, obviando los errores del pasado, con tal de conseguir sus objetivos. Y si esos objetivos le pueden reportar ingentes cantidades de dinero, mejor que mejor. Y ahí es donde arranca esta nueva historia de Jurassic Park. Ha pasado el tiempo y el ser humano ha conseguido sacarle beneficio a la creación de dinosaurios. Y como tenía que ser, el experimento se les va de las manos. A partir de ahí, blockbuster del bueno. Y yo, que lo agradezco con una sonrisa.

Los efectos especiales, nuevamente y para mi gusto, son increíbles. Colin vuelve a utilizar los animatronics que usó Spielberg, sobre todo para tomas cercanas con los protagonistas. Este tipo de efectos, dotan de más realismo a esos momentos entre dinosaurios y humanos. Los efectos CGI crean tomas de gran calidad, que unidas a la banda sonora (con base de John Williams, maestro) generan momentos para el recuerdo.

Increible el Mosasaurio y el vuelo de los Pteranodon. Los ataques en el parque y la girosfera. Todo es acción, todo es riesgo. Y al final de eso se trata. De ofrecer un espectáculo visual acorde con la franquicia. De no perder la esencia que hizo tan famosas estás aventuras. Como ya dije en la segunda o la tercera parte (no lo recuerdo bien) la sorpresa de ver a dinosaurios merodeando y atacando a los protagonistas ha desaparecido. Ese cosquilleo en el estómago ante lo desconocido nunca se sentirá de nuevo. Pero esta nueva entrega mantiene el listón bien alto en cuanto a innovación y evolución de la historia.

Los nuevos personajes poseen una mezcla aventurera y divertida. Chris Pratt y Bryce Dallas Howard se complementan a la perfección como pareja sufridora de esta entrega, dotando a las situaciones un ligero toque cómico sin rayar en el exceso. Lo justo para distender los músculos tras alguna escena cargada de adrenalina. Los sobrinos de Claire sustituyen a los nietos de Hammond para dar el toque adolescente a la cinta.

Los guiños a su trilogía original encantarán a los amantes de Jurassic Park. El jeep, el centro de visitantes antiguo o el gran portón por el que atraviesa el tren traerán a tu memoria aquella primera sensación allá por el 93. Y es que la esencia está ahí. Por mucho que sus detractores quieran tacharla de no creíble o exagerada… No hay nada como analizar si la primera Jurassic Park podría suceder. Y si sucediera, ¿qué la separaría de la constante evolución de haber creado dinosaurios? ¿El ser humano no le habría sacado beneficio a semejante descubrimiento? Pues ya está, tan simple como eso.

Un detalle que me resultó bastante divertido tras el estreno, fueron aquellas críticas que ponían en tela de juicio la “supuesta domesticación” de los velocirraptores; que eso era de risa, que quién podía creerse eso… Y yo me preguntaba, ¿las orcas son mascotas? ¿los leones? No se, cualquier animal es imprevisible, al menos así lo veo yo… Lo somos los humanos, imagínate los animales. Pero pienso que debe existir gente que le saque punta a todo…

Así que, con esta película, solo me queda “El reino caído” para completar la crítica sobre una de las sagas que más me apasiona. Y bueno, a esperar el final de la trilogía que cerrará Bayona.


VENENO

Crítica de "Veneno" de Alexander J. Cox

Veneno (2020)


Creación: Javier Calvo y Javier Ambrossi

Reparto: Lola Rodriguez, Daniela Santiago, Isabel Torres, Jedet Sánchez, Paca “La piraña”, Guille Márquez. Marcos Sotkovski, Lola Dueñas, Ana Milán, Elvira Mínguez

Temporadas: 1

SINOPSIS

Biopic sobre la vida de Cristina Ortiz, más conocida como “La Veneno”. Transexual que se convirtió en un icono mediático gracias a sus colaboraciones en un late night. La serie nos muestra la vida de Cristina desde su infancia en Adra, su pueblo natal, hasta su trágica y extraña muerte en 2016.

OPINIÓN PERSONAL DE «VENENO»

Vaya por delante que NO soy fan de “La Veneno”. Quede claro que esta crítica no sale del sentimiento de un admirador de esta mujer. ¿Y por qué aclaro esto antes de empezar? Simple. Tras cada biopic, o para que nos entendamos, tras cada película, serie o documental acerca de alguien conocido, siempre encontraremos dos visiones muy diferentes. La gente que admiraba al personaje en cuestión y la gente que simplemente reconoce a quien ve en pantalla sin más o menos ilusión. La diferencia es clara. Es difícil ser objetivo si admiras, amas, adoras a la persona de la que están hablando (lo mismo ocurre en la vida real, cuando hablan mal o bien de tus hijos, padres, amigos… cuesta salir del rol de parte amante del criticado/alabado), y ese sentimiento puede chocar con lo que estás observando, siempre pensando a nivel crítico. Yo me encuentro en el segundo grupo. Por si a medida que vas leyendo, crees que soy un fan incondicional de Cristina. Lo cierto es que no.

Siempre he sabido quien era, la veía por televisión y me resultaba alguien con quien pasar un rato ameno. Pero poco más. Uno de los muchos personajes que Navarro mostraba en su show nocturno. Cristina no sabía leer, es algo que yo ya sabía, y aun así consiguió que España entera supiera quién era ella. Pero es que Boris Izaguirre también se dio a conocer en el mismo programa. Más culto, sí. Más inteligente, puede que también. Referente para mí. Nunca. ¿Que abrió las puertas por normalizar la homosexualidad en un programa de televisión? Desde mi humilde opinión, por aquella época yo me sentía más avergonzado de mi condición que respaldado por aquel señor que solo gritaba como un energúmeno. Luego vendrían peores que él… Mucho peores. Más vergonzosos. Y ahí siguen.

Así que con lo que me vengo a referir, es que Cristina dudo mucho que quisiera dar visibilidad al colectivo trans, luchar por él o defender la normalización. Con la edad que tengo, veo que en este 2020 donde todo es tan sencillo de criticar, volver a los 90 y creer que esa época era igual que ahora es una necedad. Soy de la opinión de que si no has vivido lo que vas a criticar… Mejor te callas. Burda, ordinaria, vulgar, irrespetuosa. Han sido tantos los calificativos que ha llevado a sus espaldas que a veces asusta. ¿Y? Enciende la tele… El mismo canal donde ella triunfó en 1996. ¿Ha cambiado tras casi 25 años? Sonrisa mientras me entiendes…

A mí me ha encantado esta serie. Porque seamos sinceros, ningún biopic es real al 100%, y quien lo afirme, simplemente miente. Para mostrar la historia de alguien tienes la posibilidad de conocer los datos a través del propio personaje o por el contrario, los recuerdos que su entorno pueda ofrecerte. ¿Qué ocurre si los datos te los da el personaje? Que no puedes saber hasta qué punto la realidad es tal cual la estás escuchando (los affaires de Sara Montiel, los niños amigos de Michael Jackson, y así hasta el infinito). Puedes creerlos o no, ahí entra el imaginario colectivo de hasta qué punto el personaje en cuestión miente o no. La serie, en su primer episodio lo deja bien claro. Está basado en información que Valeria Vega recogió de boca de Cristina, así como testimonios de gente allegada a la artista.

A mí, personalmente, poco me importa si Cristina mintió acerca de lo que ocurrió en la cárcel, por poner un ejemplo. La realidad está ahí, yo sí recuerdo que la encerraron en el módulo masculino, puesto que nunca se cambió el nombre. Ya de por sí esa situación debió ser un infierno… ¿Qué quieres dramatizarla más aun con lo que ella contó que sufrió dentro? Me parece bien, el grueso de la situación duele por la injusticia, el resto solo acrecienta ese dolor. Y como esa situación, ocurren bastantes que solo ella podía confirmar. En cada uno está el creérselas o no.

Lo que sí alabo por encima de todo (sin desmerecer al resto, por supuesto) es que veo que los directores manejan a la perfección la música. Ya lo hicieron en “Paquita Salas” de la que hablaré algún día. Si hay algo que el ser humano posee, es la capacidad de sentir a través del imaginario de la música. Ellos no solo trabajan las canciones por todos conocidas, encajadas en cada época de la vida de Cristina, sino que además saben en qué preciso momento intercalar piezas instrumentales que te rompen por dentro. Siempre jugando con los momentos más dramáticos (obvio) pero también con situaciones de rebeldía o rabia. Creo que es una de las bazas más profesionales que poseen los directores, esa búsqueda de la mejor melodía que consiga hacerte estremecer, e incluso soltar unas cuantas lágrimas.

El elenco es maravilloso, las tres actrices que interpretan a Cristina desde su transición hasta sus últimos días hacen un trabajo de recreación soberbio, sobre todo Daniela en la época más conocida de la artista (gestos, movimientos, forma de hablar). Los dos actores que nos muestran a “Joselito” consiguen tocarte el corazón. El resto, muy acertado. Un diez al casting.

Al final, lo que realmente queda tras ver esta serie es la sensación de una vida rota desde la infancia, una vida marcada por el dolor. Porque le pese a quien le pese, nadie, y repito NADIE, debe juzgar el dolor de otra persona. Porque no hace falta una paliza en la infancia o adolescencia para sentir que alguien lo está pasando mal. Una simple palabra como “maricón” se clava como un puñal, estalla en tu interior y te marca de por vida. Puedes preguntarle a cualquiera. Por eso entiendo ese dolor que los Javis han sabido mostrarnos. Y lo alabo.

Y lo siento mucho, nadie tiene la obligación de ser referente de nadie, ni representar a nadie, ni luchar por nadie. Si alguien lo hace, gracias. Si no lo hace, no juzgues. A lo mejor deberías levantarte tú y hacer algo al respecto. Pero es más fácil ladrar desde el sofá por twitter.


DIRTY DANCING 2017 (o como destrozar un clásico)

Opinion de Dirty Dancing 2017

Dirty Dancing (2017)


Dirección: Wayne Blair

Reparto: Abigail Breslin, Colt Prattes, Nicole Scherzinger, Bruce Greenwood, Sarah Hyland y Debra Messing.

SINOPSIS

Remake de la película del mismo título del año 1987. Baby Housemann viaja con su hermana y sus padres a un balneario en las montañas en el año 63. Allí conoce a Johnny Castle, bailarín y profesor de baile del hotel del que se enamora perdidamente. Por circunstancias, Baby debe aprender a bailar en un tiempo récord para sustituir a Penny, la compañera de baile de Johnny. Esos momentos de aprendizaje y ensayos continuos, harán que el amor surja entre ambos, aunque la diferencia de clases sociales será un impedimento para que triunfe el amor.

OPINIÓN PERSONAL DE «DIRTY DANCING 2017»

Como ya comenté en mi primer post, mi intención no es poner “a caldo” las películas, series o libros que no me gusten. Ya existen suficientes haters por la red… Pero sí que es cierto que con ésta película haré una excepción. Hablaré de ella porque como a la gran mayoría que crecimos con el Dirty Dancing original, este remake no era necesario. Y está de más por muchas razones.

La película de 1987 es un clásico (dejando de lado su mejor o peor calidad) por méritos propios. Marcó a una generación con esos bailes tan subidos de tono para aquella época. Coreografías estudiadas al detalle, giros de cámara para captar cada esencia de aquel “baile sucio”. Una música para el recuerdo, unos protagonistas con química desde la primera mirada que cruzan… Desgraciadamente nada de eso ocurre en esta nueva versión. Los protagonistas no desprenden ninguna química entre ellos, los bailes son cuasi deficientes. El director ha convertido una película musical en un musical colocando a todos los actores delante de un micrófono para que versionen los hits de su predecesora. Y eso está mal. Está mal porque es innecesario. La música en esta película debería transportarnos a los años 60 y no lo hace. Las bases musicales no son adecuadas ni para su momento posterior al final de la película, en 1975.

En un siglo en el que todo debe tener cabida, se coloca una actriz con una figura fuera del estándar de bailarina para que se convierta en “dirty dancer”. Y no hay que malentender estas palabras, ni mucho menos. Nikki Blonsky, actriz del remake de Hairspray de 2007 pesaba bastante más que Abigail cuando rodó la película. Pero a diferencia de ésta última, Nikki se movía a la perfección y cantaba como los ángeles. Si vamos a dejar cabida a que cualquiera puede ser bailarina, pongamos a alguien que aprenda a bailar durante el transcurso de la película. Y eso no le ocurre a Abigail (actriz que me gusta bastante) que no encaja en éste papel. El baile final, icónico en su original, resulta a mi visión vergonzoso; queda absurdo, flojo, pasos de clase de primaria, que le restan más calidad al producto, si cabe. El compañero de Baby camina a la par, puesto que no empatiza en ningún momento con el espectador; siempre prepotente, nada zalamero, sin miradas tiernas como tenía Patrick. Nada. Cero química. Colocar un romance interracial con la hermana de Baby no está mal, puesto que si hilamos muy fino, en el 62 más o menos ocurrió la revuelta racial en Estados Unidos para conseguir la integración; así que ocurriendo un año después esta película, le daré el ok. La relación de los padres aparece metida con calzador, gran relleno, pero no aporta nada a la historia. El final añadido que conecta con el inicio de este telefilm es de las soluciones más sin sentido que he visto. El colofón para un desastre total.

Así que, en general, opino que este es un remake que nunca se debería haber hecho. Quizás, y solo quizás, para los jóvenes que no hayan visto la película original, pueda llamarles la atención. Mucha gente opina que la película del 87 ha envejecido mal, pero discrepo. No deja de ser una historia de amor y baile, así que mejor recomendar la original antes que ésta versión.

Lo único que destaco desde mi punto de vista, es la nueva versión de “Hungry eyes”, que no ensombrece a su original, pero posee una calidez y base musical digna de mención. Así que gracias, Greyson Chance Pero ni por esas, la escena del baile “a trois con Penny ensayando” consigue ser interesante.


GHOST SHIP (o vacaciones en el mar a lo gore)

Opinion de Ghost ship

Ghost ship (2002)


Dirección: Steve Beck

Reparto: Gabriel Byrne, Julianna Margulies, Desmond Harrington y Emily Browning

SINOPSIS

El Antonia Graza, lujoso trasatlántico italiano, desapareció hace cincuenta años, tras un horrible suceso acaecido a bordo. Un equipo de “piratas modernos”, dedicados a reflotar barcos perdidos y quedarse con sus tesoros, es contratado por un caballero para que consigan llegar hasta un barco que ha aparecido en el estrecho de Berig y que podría ser el Antonia Graza. Una vez llegados al barco, descubrirán el horror que sucedió hace medio siglo y que aún sigue latente…

OPINIÓN PERSONAL DE «GHOST SHIP»

Otra película de terror de primeros de siglo que hizo las delicias de mis ojos amantes del miedo. He de reconocer que más que terror, es una sensación de intranquilidad lo que produce este barco. Lo bueno de esta cinta, es que se disfruta de principio a fin. No posee lagunas de guion, puesto que la historia es sencilla y clara. Barco abandonado; piratas al rescate; fantasmas al ataque. Poco más. Pero es que la historia que esconde el Antonia Graza está muy bien construida; retorcida y desconcertante. Y eso hace que no puedas despegar la mirada para no perderte ni un detalle de ese precioso y ahora derruido barco.

La historia original del Antonia Graza, que es mostrada al principio de la cinta, ofrece uno de los comienzos más violentos que he visto. Me es difícil recordar un inicio tan impactante y sorprendente como este. Y es que, si el principio es así, ¿qué es lo que vamos a ver después? Pues una película asombrosa, una historia de fantasmas en alta mar, un equipo de marineros perdidos en la grandeza del mar azul, sin ninguna ayuda cerca, solo ellos… y los fantasmas. Para poder entender el porqué de ese comienzo, debemos avanzar más o menos hasta la mitad de la proyección, en la que descubrimos ese horror más al detalle. Y sorprende, porque todo esta dosificado de tal manera que es difícil ubicar por donde van a ir los tiros.

La historia va mostrándonos pequeñas pinceladas acerca de lo que oculta aquel trasatlántico, pero sin dejarnos lugar para el aburrimiento. Cada acontecimiento nos va preparando y descubriendo que nada es lo que parece dentro de ese barco. Los personajes, sin ser arquetipos, tampoco serán recordados por su calidad, pero como pasa en este tipo de películas, sintiéndolo mucho, el protagonista principal es el barco y sus pasajeros fantasmales. Lo demás es subjetivo y necesario para el desarrollo de la historia. Ninguno de los personajes resulta excesivamente pedante como para querer que desaparezca, pero tampoco consiguen llegar al corazón del espectador. Quizá Julianna Margulies, por su relación con el barco, pueda inspirarnos algo más que el resto, pero repito, tampoco creo que sea necesario.

La estética del barco, tanto en su esplendor como en su decadencia, son de una belleza máxima. Una decoración que se nota cuidada al detalle, tanto en el lujo como en el desastre. Los fantasmas hacen de las suyas y eso produce incomodidad. Miedo, lo que se dice miedo, no da. Pero sí que hay bastantes momentos en la película en los que se te hace un nudo en la garganta. Y eso hace que una película guste. Por todos esos pequeños momentos, que al final consiguen hilar una historia con la que pasar un buen rato.

Una película que impacta en su comienzo, en su mitad y en su final. Tres momentos que merece la pena que sean degustados. El resto, mero entretenimiento para colocarnos ante una historia distinta, con giros inesperados y un desenlace que no deja indiferente.


JURASSIC PARK III (o a la tercera va la vencida)

Opinion de Jurassic Park 3

Jurassic Park III (2001)


Dirección: Joe Johnston

Reparto: Sam Neill, Tea Leoni, William H. Macy, Alessandro Nivola y Trevor Morgan

SINOPSIS

El doctor Alan Grant es engañado por los Kirby, para sobrevolar la isla Sorna a cambio de financiación para sus proyectos arqueológicos. Tras el desastre de la isla Nublar, Alan no quiere oír ni hablar de los dinosaurios, pero su excavación necesita un empujón y acepta a regañadientes. Los Kirby, lejos de querer sobrevolar la zona, pretenden aterrizar para buscar a su hijo desaparecido en circunstancias extrañas junto a su tío. Un aparatoso accidente, los dejará a todos incomunicados en una isla que ninguno conoce, a merced de los depredadores más antiguos de la historia.

OPINIÓN PERSONAL DE «JURASSIC PARK III»

Pues me va a resultar ser 100% objetivo acerca de ésta película o de cualquiera perteneciente a esta saga. Y es que Jurassic Park es una de mis debilidades cinematográficas. De mayor o menor calidad cinematográfica, el mundo creado por Michael Crichton y llevado a la pantalla por Spielberg en un principio (y sus demás directores) me cautivó desde el momento en que lo descubrí. En esta ocasión es el actor Sam Neill el que tropieza de nuevo con la misma piedra, como hiciera Jeff Goldblum en la segunda parte, volviendo a enfrentarse a unos dinosaurios cada vez más inteligentes.

Leí el libro de Michael Crichton tras ver la primera película y me pareció soberbio. No me importó para nada haber visto Jurassic Park, puesto que había bastantes diferencias con respecto al libro. De hecho, eché en falta grandes momentos del libro que, sin saber por qué, Steven Spielberg había dejado de lado. Y es en esta tercera película cuando pude disfrutar de uno de los momentos más angustiosos y a la vez más intensos del libro. La pajarera. Existe en el libro una pajarera donde están recluidas todas las aves prehistóricas del parque y uno de estos monstruos alados secuestra a uno de los nietos de Hammond. Pues bien, en esta tercera parte, he podido disfrutar de esa pajarera y de un momento añorado durante tantos años. No desvelaré más porque, pensando en mí mismo, hay películas que son antiguas y aun no he visto. Puede ser que haya alguien que no haya visionado esta.                                                                         

La historia de esta tercera parte podría estar metida con calzador para volver a ver de nuevo a los dinosaurios en acción. También es posible que Alan Grant hubiera dicho que no al ofrecimiento de los Kirby, puesto que ese tipo de ayuda fue la que le llevó a la isla Nublar en la primera parte, y ya sabemos qué le ocurrió allí… Pero claro, entonces no habría historia que valga, ni Alan Grant que tropiece con la misma piedra. Así que no le debemos dar mas vueltas. Los dinosaurios han vuelto y punto. Y eso, para amantes de esta parte de la historia de nuestro planeta como yo, es un placer.

Errores que desde mi punto de vista podrían haber sido mejorables los hay. Para empezar, este final de la trilogía deja de lado el suspense para girar sus guiños hacia la comedia; sin llegar a ser paródica, algunos personajes no se llegan a tomar completamente en serio, por lo que sus acciones, justificadas o no, en ciertos momentos carecen de realismo. Ciertas partes del guion deberían haber sido obviadas o sustituidas por textos algo más serios, puesto que la situación en la que se encuentran los protagonistas es de todo menos graciosa.

Nunca hablaré de huecos en el guion o en la historia, o de situaciones que no podrían darse, puesto que este tipo de películas pueden permitirse este tipo de licencias. De otro modo, ni Misión imposible ni A todo gas podrían tampoco tomarse en serio. Lo humanamente posible tiene un límite. Pero he ahí la magia del cine y la ilusión por adentrarse de lleno en una historia, que cierta o no, nos haga remover la adrenalina de nuestro cuerpo durante una cierta cantidad de minutos. Y esta película es un ejemplo. Sin apenas darnos respiro, nos coloca en situación dentro de la isla, a merced de sus habitantes y luchando por escapar de todos ellos. Y desde mi punto de vista, eso es lo importante. Pasar un buen rato de acción trepidante volviendo a visitar las creaciones de John Hammond y descubrir que los seres humanos, casi siempre, nos buscamos nuestros propios problemas.