El hoyo (2019)
Dirección: Galder Gaztelu-Urrutia
Reparto: Ivan Massagué, Zorion Egileor, Antonia San juan, Emilio Buale, Alexandra Masangkay
SINOPSIS
Vivimos en un futuro distópico. Una reclusión vertical llena de gente; dos personas por cada nivel y un número desconocido de niveles. La comida es suministrada en una inmensa mesa que va descendiendo, nivel a nivel, vaciándose poco a poco. Para sobrevivir en “El hoyo”, ¿qué actitud tomarías ante esta situación?
OPINIÓN PERSONAL DE «EL HOYO»
Bueno, bueno, bueno… Tenía ganas de que Netflix estrenara esta película, ya que no tuve el placer de verla en el cine. Y digo placer con un regusto amargo tras su visión, puesto que ha sido un placer ver un producto de tan buena calidad; pero la historia me ha resultado dura, violenta y digna de pararse a pensar en ella.

Una reclusión en la que los que están en los primeros niveles pueden satisfacer su apetito con toda tranquilidad, mientras que a medida que la plataforma con alimentos desciende de niveles, va ofreciendo los restos que los que están arriba desechan. ¿Que es desagradable? Bastante. Es algo que se ve desde el principio de la película, por lo que no destripa mucho; así que ya sabes que la historia no se va a enredar en diálogos absurdos y vacíos. Va a saco desde el minuto uno y eso a mi personalmente, me atrae y mucho.
Un estudio acerca del ser humano, de la sociedad en la que vivimos, de la bondad y la maldad. Es difícil no destripar nada de esta historia, pero uno de los giros de guion que más me ha sorprendido es el hecho de la ubicación de cada uno de los recluidos. Puedes estar arriba o estar abajo, así que SIEMPRE, actúa en consecuencia. Supongo que habrá muchas teorías acerca de esta historia, pero la mía es que siempre habrá gente que no respete al resto. Hoy y siempre. Es duro, lo se, pero bueno, es la conclusión que saco de esta historia.
A nivel personal, me ha transportado a “La fundación”, la ultima obra teatral que he interpretado, aunque su temática poco tiene que ver con esta historia. Pero bueno, quien haya venido a vernos, entenderá el por qué de mi símil.
La ambientación de cada sala es lúgubre (como cabría esperar) muy al estilo futurista de cárceles americanas dignas de Van Damme o Ray Liotta. Y realmente no necesitan nada más, porque al fin y al cabo están confinados en un habitáculo donde solo se les alimenta por medio de esa plataforma que baja llena y sube vacía. Y da mucha grima, te lo aseguro.

Las interpretaciones me han sorprendido bastante, sobre todo Ivan Massagué, al que conocía por sus papeles cómicos y siempre es un placer descubrir que los actores saben tocar todos los palos que les ofrecen; Zorion ha sido una sorpresa, ya que no le conocía y su papel es simplemente soberbio.
El trabajo del equipo de sonido es magistral, utilizando efectos contundentes, duros, descarnados. Necesarios para querer volver la vista pero a su vez ser incapaz de hacerlo. Porque si lo haces, seguro que algo se te escapa.
Los efectos especiales y el maquillaje también merecen un aplauso; porque hay escenas realmente desagradables, muy bien conseguidas y que generan una mueca de asco en el rostro del espectador.
Si hay algo en particular que me ha gustado es su agilidad de guion, algo de lo que pecan muchos filmes. No necesitas perderte en los detalles por alargar una trama directa a la yugular; “El hoyo” nos da una información clara y concisa y salta a la siguiente secuencia sin dar tiempo al respiro, sin dejarte tomar aire para lo que te va escupir a continuación. La pelicula podría haber durado dos horas pero ¿para qué?. No le hace falta, es más, hubiera sido contraproducente. La gente no está dispuesta a que le remuevan el estómago demasiado tiempo. Y esta historia te remueve a base de bien. Aun así, te la recomiendo para que descubras tu propia visión.